Buscando recuperarla
Capítulo 32

Capítulo 32:

“Conocí a Malcolm hace siete años. En todo ese tiempo, nunca le he visto con amigos que no fueran sus colegas del colegio. Incluso su representante fue a la escuela militar con él”.

Hillary levantó un dedo.

“Y está muy apegado a su madre. Claro”.

Celia sonrió tensa.

“Debes de haber sido muy importante para él”

Dijo Jayne.

Los ojos se le habían iluminado.

“Tenemos una historia”.

“Y somos unas curiosas”

Añadió Hillary.

“No nos hagas caso, Celia. Vamos a disfrutar del concierto”.

Celia se volteó hacia el escenario.

Un solitario foco apuntaba hacia una silla vacía con una guitarra apoyada contra ella. Malcolm se sentó y apoyó la guitarra en la rodilla.

“Tengo una nueva canción que me gustaría compartir con todos vosotros esta noche. Es una canción muy sencilla, que viene directa del corazón”.

Celia aguantó las ganas de poner los ojos en blanco, recordando cómo le había dicho que no creía en las canciones de amor de cantaba.

Pero con el primer roce de sus dedos contra las cuerdas, tuvo que contener la respiración. El estómago se le agarrotó.

Cada acorde rasgado y tocado confirmaba sus peores temores. Le tocaba el alma y la hacía estremecerse de pies a cabeza.

Aquello era un golpe bajo.

Era injusto.

Estaba con el objetivo de hacerla derrumbarse.

No sabía si llorar o gritar mientras él cantaba las primeras notas de aquella canción que había hecho para ella tantos años antes.

Cantó Playing for Keeps.

La melodía seguía retumbando en su cabeza incluso después de haber terminado el primer bis, recordándole aquella época en la que sí creía en ello.

El público confiaba en aquel mensaje simple y sensiblero.

Malcolm salió del escenario.

A lo mejor no había sido una buena idea usar esa canción para llegar al corazón de Celia.

El largo camino del recuerdo era un arma de doble filo, pero tenía que tener presente su objetivo en todo momento.

Tanto Celia como él tenían que llegar hasta el final.

Era hora de enterrar el pasado y de mirar hacia el futuro.

Los aplausos y ovaciones que oía a sus espaldas no significaban nada si no era capaz de arreglar las cosas con Celia de una vez y por todas.

Estaba hermosa con ese vestido de seda color zafiro.

No podía apartar la vista de su escote. Sus curvas femeninas siempre le habían vuelto loco y le robaban la habilidad de pensar.

Quería tenerla desnuda entre sus brazos una vez más.

Lo necesitaba más que respirar, más que hacer otro concierto o resolver otro caso de inteligencia. Tenerla en su cama se había convertido en una prioridad.

Jamás desearía a una mujer tanto como a ella.

Al acercarse, no obstante, se dio cuenta de que había cometido un gran error con la canción. Ella tenía los labios contraídos y los ojos le brillaban de pura rabia.

Estaba llena dolor.

Malcolm se sintió como si acabaran de darle un puñetazo.

No quería hacerle daño.

Adentrándose en las sombras del backstage, le tendió una mano.

“Celia…”

Ella levantó ambos brazos, manteniendo la distancia.

“Un gran concierto. A las fans les encantó esa nueva canción tuya. Enhorabuena. Bueno, ahora, si me disculpas, tengo que irme a dormir. Parece que tengo muchos guardaespaldas, así que estoy más que protegida”

Sonrió un instante y entonces dio media vuelta.

Hillary Donovan miró a Malcolm un momento.

Le dio un codazo a Jayne y echó a correr tras Celia. Los guardaespaldas se dispersaron y rodearon a las mujeres con discreción.

Malcolm se apoyó contra un palé de amplificadores de repuesto.

De repente sintió una mano sobre el hombro.

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