Atraído por mi mujer de mil caras -
Capítulo 712
Capítulo 712:
En ese momento, contuvo sus verdaderos pensamientos, temerosa de disgustarle aún más, pues su humor ya había caído en picado.
Le preocupaba que cualquier provocación adicional pudiera hacerle estallar de ira allí mismo, en el coche.
Era absurdo, de verdad. Era evidente que él detestaba ese aspecto tan delicado y, sin embargo, un simple comentario de ella le había impulsado a emprender una transformación tan insatisfactoria.
Adornado con ese peinado juvenil y esa ropa de diseño chillón, parecía visiblemente incómodo, y a ella le resultaba desconcertante sólo contemplarlo.
Lamentablemente, no podía expresar sus sentimientos. Las palabras que había pronunciado aquella mañana eran irreversibles.
Así pues, forzó otra sonrisa y le tranquilizó sin sinceridad. «Estoy satisfecha, muy satisfecha. Sr. Daniels, su aspecto de hoy le hace excesivamente guapo, un verdadero placer visual. Estoy segura de que el almuerzo de hoy será excepcionalmente delicioso».
Su intento de adulación pareció apaciguar a Connor; su expresión se suavizó notablemente, e incluso comenzó a moverse tímidamente.
«Ejem…» Tosió ligeramente, logrando responder. «Siempre que estés satisfecha».
La sonrisa de Marissa se hizo más profunda al descifrar las señales contradictorias de la declaración de Connor. Su mensaje subyacente era claro: mientras ella estuviera satisfecha, su comodidad era secundaria.
Mientras ella disfrutaba en silencio de esta comprensión, Connor, ahora algo animado, preguntó suavemente: «¿Dónde te gustaría comer?».
Aprovechando la oportunidad para levantarle aún más el ánimo, Marissa no tardó en responder: «Elige tú». Sinceramente, cenar con alguien tan elegante como tú significa que incluso unos fideos callejeros serían un placer. No me importa el lugar».
Las mejillas de Connor se tiñeron de rojo al oír su directo cumplido.
Era la primera vez que Marissa le hacía un cumplido abiertamente. Antes, parecía encontrarle siempre defectos, desinteresada por él incluso cuando estaba desnudo.
Ahora que se había transformado en la imagen de una estrella de portada de revista, su entusiasmo era palpable.
Estaba claro que su aspecto anterior no había encajado con sus preferencias, pero ahora, por fin, había dado en el blanco.
Este resultado le produjo una sensación de alegría, pero también le hizo sentirse profundamente incómodo.
Con ese peinado y esa ropa, se sentía como si estuviera interpretando un papel que no era el suyo. Sus movimientos eran torpes y, cuando hablaba, sus palabras parecían tropezar unas con otras.
Sin embargo, si Marissa apreciaba este nuevo estilo, estaba dispuesto a soportar la incomodidad. Mientras no le cayera mal, era lo único que importaba. Al fin y al cabo, ¿de qué otra forma podría conquistar su corazón?
Con estos pensamientos, se removió inquieto y propuso suavemente: «¿Qué te parece el restaurante Duling?».
Marissa dudó, sorprendida por su elección. Era el mismo restaurante donde había quedado con Kevin más tarde.
Por suerte, sus citas no coincidirían; una era para comer y la otra para cenar.
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