Capítulo 703:

Cuando Marissa advirtió a Ayla de que se preparara para su furia, lo descartó como una disputa trivial: meras bofetadas, patadas y puñetazos.

Kevin compartía esta opinión. En su opinión, Marissa era innegablemente débil.

Pero cuando la patada de Marissa impulsó el cuerpo de Ayla por los aires y la estampó contra la pared antes de que se desplomara en el suelo agonizando, todos se quedaron atónitos.

Aunque aún no podían calibrar la verdadera fuerza de Marissa, ya nadie se atrevía a considerarla débil.

Incluso con el máximo esfuerzo, una mujer débil no podría patear a un adulto tan alto y tan lejos.

Ni siquiera un conejo podría ser pateado así por alguien carente de fuerza.

Esta potente patada no sólo dejó atónita a Ayla, sino también a todos los presentes, incluido Kevin. Todos miraban incrédulos la esbelta figura de Marissa.

En aquel momento, Marissa, que emanaba un aura furiosa, parecía más una parca que una mujer.

Toda la escena se sumió en un silencio atónito.

Los subordinados de Kevin, que habían estado de pie cerca de Marissa, listos para protegerla en caso necesario, retrocedieron todos tras presenciar su patada, dándole espacio.

Esta mujer no necesitaba protección.

Kevin se enderezó en silencio, con la mirada fija en Marissa, lleno de asombro.

Antes le habían sorprendido ligeramente sus acciones, pero no eran más que sorpresas menores comparadas con lo que ella acababa de hacer. Lo de hoy era muy distinto de la impresión que había tenido de ella.

Esta vez, su sorpresa se convirtió en conmoción. Nunca había imaginado que Marissa pudiera ser tan violenta, un marcado contraste con la imagen que tenía de ella.

Además del shock, se sintió profundamente desconcertado.

Habían pasado cuatro años desde la última vez que la vio y, aparte de su aspecto inalterado, todo lo demás en ella se había transformado drásticamente, especialmente su personalidad. La diferencia era abismal.

¿Qué experiencias había sufrido en los últimos cuatro años para que se produjeran cambios tan profundos?

Absorto en sus pensamientos, Kevin no se percató de que Marissa volvía a atacar, destrozando las expectativas.

El grupo reunido estaba formado por los subordinados de Kevin del Grupo Rasetsu, cada uno de los cuales poseía un ojo perspicaz para las artes marciales. Su reconocimiento fue casi inmediato.

El asalto de Marissa a Ayla parecía una paliza salvaje, pero cada movimiento estaba meticulosamente calculado. Marissa era, sin duda, una experta en artes marciales.

Su profundo conocimiento de la medicina hacía que sus técnicas de golpeo fueran fluidas, integrando sus conocimientos médicos en cada golpe.

Esta brutalidad calculada no puso en peligro la vida de Ayla, ni le hizo vomitar sangre o romperse huesos, pero le infligió un dolor atroz.

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