Capítulo 674:

La audacia de Sansa al dirigirse a Marissa de esa manera se debía a que Marissa llevaba un atuendo relativamente modesto, que parecía menos costoso.

El Consorcio Peridot era una organización estrictamente jerárquica, en la que se esperaba que los subordinados mostraran una deferencia absoluta hacia sus superiores.

Los individuos de los escalafones superiores solían ir ataviados con ropas opulentas, lo que los hacía fácilmente identificables incluso sin saber sus nombres.

Además, el Consorcio Peridot tenía una cultura única, con numerosos miembros implicados en actividades que escapaban a la comprensión de los rangos inferiores.

En consecuencia, no era raro encontrarse con figuras enigmáticas que llevaban máscaras dentro de la organización.

La presencia enmascarada de Marissa, por tanto, no parecía inusual. Sin embargo, su sencillo atuendo profesional negro llevó a Sansa y a otros a juzgarla erróneamente como una simple miembro ordinaria.

Al tratarse de la primera visita de Marissa al Consorcio Peridot, su familiaridad con la dinámica interna era limitada. Sin embargo, conocía bien el comportamiento dominante de Sansa y de su hija.

Imperturbable ante la reprimenda de Sansa, Marissa respondió con serenidad: «El camino es bastante ancho. ¿Por qué insistes en caminar directamente por donde yo estoy?».

«¡Cómo te atreves!» replicó Sansa. «Un subordinado debe hacerse a un lado cuando se encuentra con un superior. ¿Acaso ignoras este protocolo fundamental?»

«¿Ah?» Marissa miró a Sansa con un deje de diversión. «¿Puedo preguntar cuál es tu estatus?».

Sansa quedó momentáneamente desconcertada. Le costaba definir su estatus exacto dentro de la organización.

Aunque circulaban rumores de que el presidente del Consorcio Peridot tenía en alta estima a Sansa y a su hija, los detalles seguían siendo oscuros para los forasteros.

Sansa carecía de habilidad o destreza física significativas. Para Clarissa, Sansa no tenía ningún valor ni función oficial. La prosperidad temporal de Sansa dependía por completo de Ayla.

La propia Ayla no ocupaba ningún cargo oficial; no era más que un sujeto de pruebas para experimentos con drogas.

En realidad, Clarissa las había reclutado clandestinamente y les había ordenado que mantuvieran el secreto. Sansa, en estado de embriaguez, había revelado inadvertidamente su condición confidencial.

Clarissa se indignó y reprendió severamente a Sansa. Sin embargo, debido a la inestimable contribución de Ayla a las pruebas de drogas, Clarissa decidió finalmente pasar por alto la infracción.

Tras la destitución encubierta de Clarissa como presidenta, todos sus subordinados de confianza fueron destituidos de la noche a la mañana. En consecuencia, sólo los directamente implicados estaban al tanto del cambio de régimen dentro del Consorcio Peridot.

Kevin, el nuevo presidente en funciones, convocó específicamente a Sansa y Ayla a la reunión en la sede del Consorcio Peridot.

Esto llevó a Sansa y Ayla a creer erróneamente que sus cargos serían reconocidos públicamente, lo que no hizo sino intensificar su arrogancia.

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