Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado -
Capítulo 1294
Capítulo 1294:
«¿No sería esto más adecuado para la madre de Pearce? Por qué dármelo a mí?».
Felicia prefirió no dar más detalles, limitándose a presionar a Elyse para que lo aceptara.
Elyse vaciló, con la mirada fija en Pearce, que le hizo un sutil gesto de ánimo. Por fin cedió y soltó la mano de Felicia sin protestar. Felicia exhaló un suspiro de alivio, con una sonrisa cada vez más entusiasta.
«Elyse, ¿por qué no vienes un rato a casa? El jardín florece maravillosamente en esta época del año; te vendría bien verlo».
Elyse hizo una pausa, midiendo cuidadosamente su respuesta. «He estado hasta arriba de trabajo, abuela. Tendré que consultarlo con mi agente, pero intentaré pasarme pronto a comer».
Pearce frunció el ceño, confundida. «¿Un agente? ¿Ya has contratado a uno? ¿Son buenos?».
Chloe, de pie discretamente detrás de Elyse, se aclaró la garganta y se adelantó tosiendo cortésmente. «Soy Chloe Jones, la agente de Elyse. Puedes estar segura de que está en buenas manos».
Felicia echó un vistazo a Chloe antes de volverse hacia Elyse, con evidente preocupación. «¿Sólo un agente? No parece suficiente. Voy a buscar unos cuantos ayudantes. Tienes mucho que hacer y quiero asegurarme de que estés bien atendida».
Los labios de Elyse esbozaron una sonrisa irónica, su tono ligero pero firme. «Abuela, estoy trabajando, no dirigiendo una corte real. No necesito que todo un séquito esté pendiente de mí».
La cara de Felicia se desencajó ligeramente, su decepción era evidente. No pudo evitar reflexionar sobre el espíritu ferozmente independiente de su nieta. La familia Benson era rica en abundancia; seguramente Elyse podría quedarse en casa y disfrutar de las comodidades de la vida en lugar de esforzarse tanto.
Felicia se esforzaba por comprender por qué Elyse se sometía voluntariamente a la rutina, trabajando bajo las expectativas y los caprichos de los demás. Sin embargo, se tragó sus pensamientos, sin querer arriesgarse a disgustar a Elyse.
Chloe consultó su reloj, se inclinó hacia ella y le susurró suavemente: «Ya casi es la hora. Deberíamos prepararnos».
Elyse asintió y se volvió hacia su familia con una sonrisa cortés. «Disculpadme. Tengo que ocuparme de algo».
Felicia ladeó la cabeza con curiosidad. «¿Qué estás tramando, cariño?».
Pearce, consciente de la agenda de la noche, se inclinó más hacia ella y le susurró: «Abuela, espera un poco más. Ya verás».
Felicia murmuró unas palabras en voz baja, pero se abstuvo de insistir.
Momentos después, las luces del local se apagaron, dejando sólo un suave resplandor ambiental. Un murmullo de curiosidad recorrió la sala mientras los invitados intercambiaban miradas de desconcierto. Entonces, un foco atravesó la penumbra, iluminando una sola figura: Elyse, en posición elegante con un violín en la mano.
La voz clara de Chloe resonó en el micrófono. «Damas y caballeros, gracias por acompañarnos en el banquete de bienvenida de Elyse Lloyd. Para expresar su gratitud, ella interpretará ahora una pieza especial para ustedes».
Elyse cerró los ojos brevemente, dejando que el mundo se desvaneciera, y tensó su arco sobre las cuerdas.
Comenzó la melodía, tierna y sentida, cada nota tejiendo un tapiz de emoción que cautivó al público.
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