Amor no correspondido -
Capítulo 7
Capítulo 7:
¿Puedes oír el sonido de alguien ahogándose hasta la muerte? Sí, ese soy yo.
Ni en un millón de años se me había ocurrido atragantarme con absolutamente nada.
«Oh, querida. ¿Estás bien?» Adeline me frotó el brazo para calmarme. Ja, como si eso fuera a funcionar Todo lo que pude hacer fue asentir, «Adeline, deja de asustar a la pobre niña» dijo Rober divertido con mi reacción.
«Lo único que dije es que quiero un bisnieto, ya pasaron más de 4 años Rober» dijo ella tal vez no era su intención, pero ese tipo de daño, yo no puedo darles esa felicidad. No soy Juana la virgen por el amor de Dios. No puedo dar un bisnieto sin hacerlo. Sí, has leído bien, yo veinticuatro años las mujeres casadas por no hablar de casado con uno de los chicos más calientes en Nueva York, sigue siendo una Virgen.
«Mamá, el organizador del evento te está haciendo señas para que te acerques». Dijo Dimitri y se alejó de mí y por fin pude respirar.
Me excusé y me fui en busca del bar, necesito un poco de coraje líquido serio para pasar esta noche.
«Hola, ¿qué le sirvo?» preguntó amablemente sonriendo el joven camarero, tomé asiento en uno de los taburetes de la barra «Marchesi di Barolo Arneis 2013, por favor», pedí «Enseguida» volvió a sonreír y esperé mi bebida, «Aquí tiene, que lo disfrute» di vueltas en mi taburete y observé a todo el mundo. Algunas eran caras viejas, otras nuevas pero muchas eran periodistas. Sin querer buscaba a alguien y ya sabéis a quien. Lo encontré hablando con un grupo de personas que gritaban dinero con mayúsculas, pero lo que más me irritó fue la forma en que una de las mujeres le sujetaba el brazo y de vez en cuando se lo frotaba, sentí un pequeño tic en el ojo pero de repente me taparon la vista.
«Ese es mi asiento», dijo una voz masculina, levanté la cabeza para mirar el bloqueador de visión y enarqué una ceja molesta.
«¿No ves tu nombre en él?» Dije sorbiendo mi vino él rió entre dientes y se sentó en otro taburete a mi lado.
«Chico, el evento ni siquiera ha empezado y ya estás de mal humor» Ni siquiera le miré. No merece la pena, pero es bastante guapo, con el pelo rubio, los ojos azules, la piel bronceada y un traje rojo de Armani. «Suelo ser yo el que se sienta sombrío en este rincón, por cierto me llamo Peter» dijo y yo le asentí, no estaba de humor para entablar una conversación «no quieres estar aquí, ¿verdad?» volvió a reírse ante mi ignorancia.
«¡No!» Respondí levantando el p y terminé mi vaso, «Rellénalo». Dije y pasé mi vaso y tomé otro, volví a mirar a Dimitri y casi rompí el vaso en mi mano con la fuerza que lo sostuve.
Dimitri ahora estaba bailando con la mujer que lo estaba seduciendo hace unos momentos, la gente no tiene vergüenza, quiero decir que es un hombre casado déjalo en paz.
«Ah». Peter exclamó como si algo por fin hubiera encajado y se rió entre dientes «Te gustan las mujeres, ahora lo entiendo» dijo dando un sorbo a su bebida «No es eso». Dije engullendo mi bebida, y pedí otra «por supuesto, por supuesto» se rió «Simplemente «te gusta, »
» levantó ambas manos para mostrar las comillas dobles.
«Es mi marido» «¿Qué?» preguntó desconcertado «¿Eres la mujer de Dimitri? ¿Eres Erika Price?» preguntó y yo le miré confundida, «Dimitri y yo, somos una especie de amigos y socios de pequeños negocios» explicó y yo asentí mirando de nuevo a Dimitri pero sólo para encontrarle mucho más cerca de esa mujer que antes.
Peter observó mi expresión y dijo «Deberías ir allí y demostrarle lo tuyo» me levanté de mi asiento y cogí la botella de mi vino «No merece la pena» que me alejé. Le di un enorme trago a la botella y salí al patio trasero, cosa que no pasó desapercibida para Dimitri.
Él observaba cada uno de mis movimientos, yo lo miraba fijamente y quedamos atrapados en un duelo de miradas. Me aseguré de mostrar mi desagrado mientras lo hacía, no importa de todos modos todo termina hoy.
Caminé por el patio trasero hacia la piscina y me senté, me quité los zapatos de tacón y sumergí los pies en el agua helada, bebiendo directamente de la botella.
«En serio estoy tan jodida» suspiré y me tumbé en el suelo con las piernas aún dentro del agua, el tiempo pasaba y la botella se secaba, no quedaba ni una gota. Sentí el zumbido del alcohol en mi sistema y sentí que me pasaba factura, mi visión era borrosa y me sentía tan ligera. El sonido de unos pasos acercándose a mi camino me alertó y miré a mi izquierda, unas grandes botas negras estaban a un par de metros de mí.
Es un hombre, quienquiera que sea suspiró irritado y se agachó, me cogió del brazo para levantarme pero le di un manotazo.
«Eh, apártate. Estoy casada». Dije levantándome tambaleante, él no dijo nada solo se quedó ahí parado, no podía ver su cara claramente debido a mi visión borrosa pero parecía ser un tipo bien parecido. Me balanceé un poco en mi esfuerzo por alejarme del desconocido.
Me agarró del brazo y me estabilizó, tiré de mi brazo para zafarme de su agarre pero él me agarró con más fuerza y me acercó más a él, y se agachó para cogerme al estilo nupcial. «Eh, para. Bájame antes de que grite » le advertí, él me ignoró y empezó a alejarse » No sabes quién soy, gritaré y los guardaespaldas te romperán todos los huesos del cuerpo y-»
«Erika.» cortó mi divagación y esa voz me era familiar, su pecho vibró cuando habló y la forma en que mi corazón se aceleró confirmó mi duda «Dimitri.»
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