Capítulo 176:

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“Me enteré de lo que está pasando, quise venir a darte mis condolencias, espero no se inoportuna”

Resopló sin ocultar su nerviosismo.

“No, claro que no”

Pronunció emitiendo una ligera sonrisa.

“No podías ser más oportuna”.

La abrazó y ladeó los labios.

“Lamento tú pérdida”

Pronunció, al inhalar profundo su delicioso aroma llenó todo su ser, se estremeció.

“¿Me vas a presentar a tu amiga?”.

Preguntó Victoria.

“Te presento a mi novia”.

Victoria se quedó sin palabras al escucharlo.

Era justo lo que necesitaba escuchar, para sentirse mejor e intentar reconstruir su desquebrajada familia.

Después de las declaraciones, para la prensa no fue difícil averiguar sobre las últimas relaciones de Oliver, por lo que de inmediato los reflectores voltearon a mirar hacia Isabella, quien luego de averiguar sobre su vida personal, supieron que tenía una hija, con la edad suficiente, para sospechar que se trataba de ella.

Así que de inmediato comenzaron a plantarse en donde vivía y acosar a la familia, queriendo saber la versión de ella, convirtiéndose en un acoso total para ella.

En todos lados aparecían.

Fueron semanas, que se transformaron en meses difíciles para ellos.

Tuvieron que mudarse a una casa con un jardín rodeado por una enorme barda, para impedir que se acercaran.

Además, que la seguridad aumentó.

Lo mismo sucedió en la firma, se aumentaron los protocolos de seguridad, para impedir que ingresara algún infiltrado.

Tal como Guillermo dijo, se ocupó del asunto, no hubo más remedio que hacer la prueba de ADN a María para averiguar quién era el padre biológico.

Casi estaba seguro de quién se trataba.

Ahora lo comprendía todo.

“Ese hombre te tendió una trampa”.

Se acerco a ella, al tener los resultados, entre sus manos.

“¿Por qué lo dices?”

Cuestionó sintiendo una agitación sobre su pecho.

“Sabía que no era el padre, estaba seguro de eso, por eso hizo la rueda de prensa cuando murió Oliver, buscaba dejarte mal parada ante la opinión pública”.

Isabella se rio.

No era una risa de gracia.

Era por qué no sabía como reaccionar.

¿En serio podía existir una persona así en el mundo?

¿Una persona que se aproveche de su hermano?

¿Una persona que mienta sin escrúpulos?

“Y lo logró”

Negó con la cabeza.

“Por fortuna, no es suficiente para doblegarme”.

Tomó del portabebés donde estaba recostado su hijo y caminó hacia el ventanal de la oficina donde se encontraban.

Su mirada se perdió unos instantes en los enormes rascacielos.

“Ya no soy la misma mujer a la que puedan utilizar. Ni él, ni su madre se acercarán a mi hija, no se los voy a permitir”.

Dijo en tono serio.

No los iba a perdonar.

Eran unos sinvergüenzas.

“Lo sé, me siento muy orgulloso de ti”

Refirió.

“Has hecho un trabajo muy bueno como abogada asistente, estoy seguro que te espera un gran futuro aquí”.

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