Capítulo 174:

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Había muerto.

Oliver estaba muerto.

Estaba sorprendida.

En definitiva, la vida no perdonaba nada.

“¿Padecía alguna enfermedad su hermano?”

Otro de los reporteros preguntó.

Mason movió la cabeza, negando.

“Hace poco tiempo, unos meses para decir verdad, se enteró que tiene una hija, eso lo perturbó por completo, pues esa mujer, no dejó que lo conociera… mi hermano murió sin conocer a la niña en ningún momento”.

Hizo otra pausa para hacerlo más dramático.

Si no fuera porque lo conocieron, creerían un poco con que de verdad le estaba costando dar esa entrevista.

Pero claramente estaba mintiendo.

Tenía malas intenciones.

“Mi hermano se rompió…”

Entonces las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.

“¿Quién es esa mujer? ¿Por qué no le dejo ver a su hija en ningún momento? ¿Qué clase de persona hace eso?”

Los paparazzi comenzaron a hacer gran cantidad de preguntas.

Quería saber más.

“No voy a dar nombres”

Suspiró.

Podía aprovechar este momento.

¡Y lo iba a hacer lo mejor posible!

“O por lo menos no en este momento, pero quiero decirte”.

Miró hacia la cámara.

“Espero que me estés viendo, no porque mi hermano ya no esté entre nosotros, quiere decir que nos vamos a quedar con los brazos cruzados, lucharemos por esa niña, que lleva nuestra hermosa sangre”.

Se dio la media vuelta y se alejó.

Guillermo apagó la pantalla de inmediato y abrazó a Isabella al verla palidecer.

“No entiendo, ¿Qué es lo que pretende?”

Pronunció ella, con evidente temor.

Guillermo se quedó pensativo.

Algo no encajaba.

Pero no sabía qué.

De lo único que estaba seguro es que tampoco se quedaría con las manos cruzadas, las protegería a toda costa

Aunque después de esto era como dar pasos a ciegas, porque no tenía claro, ¿De qué?

Pasó la noche sin poder dormir, se enfocó en hacer algunas llamadas a su equipo de abogados, para que comenzaran a trabajar en el caso, y descubrir lo que traía entre manos ese malnacido, que no tenía escrúpulos.

Después de aquellas declaraciones, estaba seguro que no tardarían en llegar a Isabella, y sacar conclusiones erróneas, todo el mundo, hasta a los que no les importaba la situación, opinarían, los acosarían, la certeza de no saber qué es lo que sucedería, lo agobiaba.

Desde la cama donde se encontraba, observó un poco inquieta a su mujer, a pesar de que habían dado un sedante, para que durmiera, en ocasiones se quejaba, por lo que se acercaba a ella y acariciaba sus mejillas para ayudarla a relajarse.

“No temas, estoy aquí contigo”

Susurró.

Al escuchar que entraba una llamada, corrió para tomar el móvil, para que no la fuera a despertar su tono de llamada.

Era su hermana.

Siendo cerca de las dos treinta de la madrugada, no pudo evitar afligirse, temiendo que le pasara algo.

“¿Qué pasa?”

Preguntó sin ocultar su aflicción.

Se percató que ella estaba llorando.

“¿Qué te ocurre?”

“Ella”

Expresó con dificultad.

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