Capítulo 152:

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María se acercó y besó su mejilla.

“Te quiero mucho tía”

La abrazó.

“Espero que te sientas mejor mañana”

Sonrió.

“Seguramente así será”

Respondió intentando sonar tranquila.

“También te quiero muñequita”.

Momentos más tarde, Isabella llevó una bandeja con panecillos y una jarra con té a la sala, se sentó a lado de Guillermo, deseando saber lo que sucedía, pues su cuñada, se encontraba recostada sobre uno de los sillones, no decía nada, solo veía que corrían varias lágrimas sobre sus mejillas.

“¿Qué sucede?”

Murmuró a su esposo.

“¿Por qué está tan triste?”

Tomó la mano de su chica, y besó su dorso, no sabía cómo decirle lo ocurrido, sin que le afectara, apenas se estaba recuperando de aquella amenaza de aborto, que temía se pusiera mal.

“Tienes que estar tranquila, por nuestro hijo”

Expresó él, tocando su voluptuoso v!entre.

“Me estás asustando. Será mejor que me expliques lo que sucede, ¿Por qué me estás pidiendo que esté tranquila?”

Indagó, sin comprender en qué le podría afectar la situación de su cuñada.

“El famoso novio de mi hermana, resultó ser nada más y nada menos que: Mason Weber”.

Isabella separó los labios en una gran ‘O’ al escucharlo hablar.

No podia creer lo que estaba escuchando.

Se llevó las manos a su pecho, ante la impresión.

“¡¿Cómo es posible eso?!”

Cuestionó completamente sorprendida.

Su mirada se ensombreció.

“¿Por qué no nos deja en paz?”

Preguntó asustada.

“No lo sé, no tengo la suficiente claridad en este momento, pero nada bueno debe ser”.

Varias lágrimas rodaron por las mejillas de Isabella, recargó su rostro en el pecho de su esposo.

“No lo quiero cerca”

Manifestó con aflicción.

Desde donde se encontraba la hermana de Guillermo, observó la reacción que tuvo Isabella, al escuchar el nombre de Mason, no supo si había temor o resentimiento.

Eso no era normal en ella.

“¿Por qué no les agrada Mason?”

Indagó la chica, tomando asiento.

Isabella y Guillermo se miraron a los ojos, sabían que ella tenía que saber la verdad, era necesario para que supiera la clase de monstruo que era y que a su lado corría peligro.

“Mason era mi cuñado, él… se aprovechó de mí”.

Hizo una pausa.

Contar esto era difícil.

“Me dr%gó y…”

Isabella inclinó su rostro.

No era necesario decir nada más para comprender sus palabras.

“¡No puede ser!”

La joven se llevó las manos a los labios

Un fuerte escalofrío la recorrió.

Mientras tanto en otro lugar…

Mientras Mason azotó la puerta con fuerza y caminó sin saludar a nadie, ni siquiera logró distinguir quién estaba en la casa.

Nada lograba calmar la furia que sentía.

No podía ser posible que su plan se fuera abajo.

Se había descuidado, Guillermo lo había descubierto.

Sin poder apagar la sensación de impotencia, comenzó a lanzar todo lo que había a su paso, no estaba seguro de que aquella ingenua joven, volviera a caer en sus mentiras, la forma en la que lo miró, le dijo mucho.

Hasta que acabó de romper todas sus pertenencias, se dejó caer al suelo, sintiendo como su torso subía y bajaba agitado.

“Tengo que pensar en algo, tengo que buscar la manera de acabar contigo de la Vega”

Entonces Mason se dio cuenta que surgió una nueva posibilidad.

Aquella furia se fue disipando poco a poco, centrándose en la idea de ir por el blanco más débil.

“Eso es, ya lo tengo, solo hay que planearlo todo con calma”

Comenzó a carcajearse sin parar.

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