Capítulo 102:

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“Iré a traerte algo de beber”

Expresó sintiendo gran nerviosismo de tenerlo en su casa.

“Eres muy amable”

Refirió él recostándose.

“No sé qué hubiera hecho de no ser que te encontré. Me sentía muy mal”.

La joven dibujó una sonrisa, momentos después regresó con una bebida para él.

“Ya se me está pasando”

Contestó.

“Tomé el medicamento desde que estaba en la farmacia”.

“Me alegra mucho, bebe un poco de agua mineral”

Solicitó.

“Voy a dejarte dormir un rato”

Murmuró, desviando su mirada hacia la firmeza de su pectoral, en verdad era muy atractivo cada parte sus tonificados músculos se marcaban a través de su camisa.

Mason ladeó los labios al notar la manera en la que lo miraba, sin pensarlo mucho, la tomó de la mano y tiró de ella haciendo que cayera sobre su cuerpo.

“Eres muy bonita”

Susurró en su oído, disfrutando de su dulce aroma.

Guillermo colocó su mano en la barbilla de Isabella.

Ladeó su rostro intentando comprender, un extraño pinchazo se apoderó de él, sintió decepción, imaginando que la prueba era negativa.

“¿No estamos embarazados?”

Indagó con voz nerviosa.

Isabella resopló.

“¿Embarazados? ¿Tú ahora también te embarazas?”

“¡No, no! Perdón me equivoque”

“No sé qué es lo que opines, pero las tres pruebas, marcaron dos rayitas”

Se las mostró.

“¿Quieres que comprobemos con las demás?”

Señaló hacia la mesa de centro.

Separó los labios en una gran ‘O’, había leído las indicaciones, su corazón se agitó con frenesí.

La tomó entre sus brazos y la estrechó con fuerza a su pecho.

“¡Seremos padres!”

Anunció con emoción.

“Cuidaré de ustedes, lo prometo”.

Colocó la mano sobre su v!entre.

“Te juro que cada día de mi vida, lo dedicaré para que sean muy felices”.

“Ya lo somos”

Isabella acomodó sus manos sobre los firmes hombros de su chico.

“Gracias por llegar a nuestras vidas”

Expresó con emoción, deseando seguir siendo tan feliz como lo era en ese momento. Sin pensar que Mason estaba más cerca de lo que se imaginaba.

El corazón de Melisa retumbaba con fuerza al estar sobre Mason, parpadeó en repetidas ocasiones, ante su nerviosismo.

Podía sentir cada parte del cuerpo de él.

Especialmente el de su entrepierna.

Con rapidez, las manos de él se acunaron en sus mejillas, acercó sus labios a los de ella, buscando encender más la llama que, sabía chisporroteaba en el interior de la joven, quien correspondió a aquel beso.

“Tus besos, me hacen sentir mejor”

Expresó al tener que separarse para tomar aire.

La chica sonrió, sin dejar de mirarlo, aquellas palabras, derretían su noble corazón.

“Me alegra que estés mejor”

Respondió con la voz agitada.

“Necesitas descansar, no te veías nada bien en el gimnasio”

Le recordó.

“Casi te desvaneces”.

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