Amarte es mi capricho -
Capítulo 43
Capítulo 43:
“¡Elian!”, exclamo con temor.
“Eche a perder la ceremonia de candidatura”.
Elian sonríe de lado.
“Eso es lo de menos Cat, lo importante es que tu y mi hijo estén bien, te desmayaste y se te subió un te poco la presión, fue todo”.
Me muerdo el labio, ahora lo recuerdo.
“¿Qué hacia Carlos junto al gobernador?”, le pregunto en seco. Elian clava su mirada en un punto fijo de la pared para luego resoplar.
“Al parecer es la nueva mano derecha de Everardo”.
Mi rostro se descompone.
“¿Qué tiene que ver Carlos con él?”, suelto sin darme cuenta que lo he dicho en voz alta.
“No lo sé, pero no pienso meterme en sus asuntos”, escudriña.
Frunzo el ceño.
“Pero… ¿Y si Carlos tuvo algo que ver con lo de papá?”.
“La policía lo descubrirá, nosotros nos enfocaremos en nosotros, no pondré en juego tu seguridad”.
“A que te refieres Elian?”, lo miro, desvía la mirada, hay algo raro en él.
Suspira.
“No quiero que te Acerques a tu ex, tiene suficientes motivos como para querer desquitarse después de la manera en que lo corriste de la empresa, a la vez la manera en que los humille en el restaurante, ¿Recuerdas? No te quiero cerca de él”.
Lo miro.
“Esta bien”, exhalo, tomo su mano, la acaricia con ternura. Acerca su mano y la posa sobre mi vientre, por encima de la sábana de hospital.
“¿Ya saben que estoy embarazada?”.
Elian asiente.
“¿Qué ha dicho tu madre?”.
“Casi se desmaya”, dice conteniendo una risita.
“La noticia la ha tomado por sorpresa, ahora esta con Sally en su consultorio tratando de digerir, que será abuela, descansa, iré a firmar tu alta del hospital para llevarte a casa”.
Asentí.
No pasaron ni dos minutos cuando recibo una visita inesperada.
“Angelica”, digo sin emoción.
Angelica entre y cierra la puerta a su espalda provocándome un leve escalofrío, la manera en que me mira siempre me ha incomodado.
“Catrina, Elian ha dicho que estás embarazada”.
“Así es y por elló es que quiero pedirte que mantengas tu distancia, Elian no esta solamente casado conmigo si no que ahora seremos padres”.
Podía notar que mis palabras no le estaban sentando para nada bién a Angelica. Pero lo que me sorprendió fue lo que dijo a continuación.
“No te preocupes, les deseo todo lo mejor en su matrimonio”.
“¿Cómo?”, pregunte sorprendida, acaso se estaba dando por vencida, ¡Ya era hora que se diera cuenta que no hay espacio para ella en la vida de mi esposo!.
“No sabes lo que se siente ver que la persona que más amas en el mundo ahora esta con otra”, siento lastima por ella, creo que tal vez si ama a Elian después de todo, en su rostro lo puedo ver, pobre.
“Pero tendrán un hijo y eso nadie lo puede cambiar”.
“Siento que las cosas entre ustedes hayan terminado mal, amo a Elian, antes de él ame a otro hombre, pero a veces las cosas son así Angelica, veras que encontrarás un hombre bueno que te haga feliz”.
Ella no dice nada, esta seria, luego suelta.
“Jamás dejaré de amar a Elian”.
Me ve con algo de desdén y se marcha. Me he quedado confundida, pero espero por el bien de todos que se aleje de mi marido.
POV Narrador Omnisciente
Al salir de la habitación donde se encontraba su enemiga de amores Catrina Vidal, Angelica apretó los dientes llena de rabia. Los recuerdos en su mente comenzaron a invadirla, ella siempre quiso tener un hijo, su sueño era tener un hijo de Elian, el amor de su vida.
Pero él siempre le dijo que por ahora no era el momento, una de las razones por las que le fue infiel fue por qué deseaba quedar embarazada a toda costa, habían pasado más de cinco años comprometidos y no había señal de una boda próxima, la jugada le salió mal ya que Elian se enteró de su relación clandestina.
Fue entonces que él decidió dejarla. Ahora de la nada, en cuestión de tres o cuatro meses que había conocido a esa mujer que ya se había ganado todo el odio de su parte, estaba embarazada, lo que ella estuvo intentando por cinco largos años, esta mujer lo había conseguido en tan poco tiempo.
Ella no merecía tener a Elian, Angelica pensaba que ella era digna de él y no se daría por vencida tan fácilmente, hasta que ese hijo naciera aun tenía oportunidad de recuperarlo y utilizaría todas las cartas a su favor.
Se dirigió a paso veloz hacia el consultorio de su ex cuñada, antes de llegar se topo con Camila, apenas la vio y la jalo del brazo hacia un consultorio al azar cerrando la puerta. Camila la miro de manera retadora.
“¿Qué piensas sobre tu nuerita?.
“Pretende convertirte en abuela”, se mofó con disgusto.
Camila se mantuvo pensativa, ella siempre quiso ser abuela, Sally ya lo había intentado por varios años y nada, la única esperanza que le quedaba es que su hijo tuviera descendencia, Para ella un nieto significaba demasiado, aunque la madre no le fuera de su agrado. Pero ese niño en el vientre de Catrina llevaba su sangre.
“¡Seré abuela!”, exclamo con tal emoción que a Angelica le provoco nauseas.
“¡Camila, concéntrate! Vas a permitir que tu Elian tenga un hijo con la hija de un delincuente”.
“¡Por Dios!”.
A Camila no le vino nada en gracia el comentario de Angelica. Se cruzo de brazos y replicó.
“Lo siento Angelica, te di muchas oportunidades para que estuvieras con mi hijo, te di mi confianza, pero un nieto cambia todo, no supiste aprovechar a Elian, no supiste retenerlo así que ahora estás sola”.
“¿Qué dices?”, grito Angelica enfurecida.
“Todo lo que Elian tiene ha sido por mi padre, esto no se quedará así Camila”.
“Si encuentras la forma de que Elian este contigo, adelante, pero esta vez no cuentes conmigo”.
“¡Me decepcionas!”.
Angelica aprieta los dientes enfurecida y se marcha dejando a Camila. No podía creer que ese niño bastardo le hubiera ablandado el corazón. Ella no podía permitirlo más, todo le estaba saliendo mal.
La prensa aún no se enteraba de que el futuro gobernador sería padre, pero ya había rumores, debía actuar rápido muy rápido. Subió a su auto y le pidió al chofer que la llevará al residencial de Distrito V, sólo había una persona que odia a Catrina igual o más que ella, su nombre Carlos Navarrete.
POV Catrina Vidal
Por primera vez después de días pude dormir profundamente en los brazos de mi marido, habían pasado algunos días, me sentía tranquila al pensar que pronto tendría noticias de mi padre, Camila había cambiado un poco sU actitud hacía mí y Angelica no había aparecido en nuestra casa.
Aunque Elian ahora se la pasaba más trabajando en su puesto de senador ya que pronto lo dejaría para ser gobernador.
Los brazos de mi esposo estaban enredados en mi cintura, me removi poco y senti como pego su rostro en mi espalda. Me di la vuelta y ahí estaba mirándome. Lo besé.
“Buenos días”.
“Buenos días, cariño”, dijo, acaricio mi vientre sonriente para después depositar un beso sobre él. Sonreí admirando ese gesto.
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