Ámame maldito CEO
Capítulo 63

Capítulo 63: 

“Pues cuida a tu mujercita, que los hombres verdaderos andamos muy dispuestos a complacer a esposas necesitadas”.

Sean tenía las manos en sus puños.

Merybeth contuvo su aliento.

“¡Ve a complacer ala jodida de tu madre, y déjame en paz!”

Gritó Sean Hyland tan fuerte que muchos escucharon.

Merybeth se quedó boquiabierta.

Intentaron seguir, pero el hombre, de pronto, empujó a Sean haciendo que golpeara contra una mesa, y que una pareja se alejara asustada.

Sean se giró y lo miró, el tipo quiso darle un puñetazo a la cara.

Pero Sean era hábil.

Detuvo su mano y fue él quien le dio un fuerte golpe a la cara.

Tan grave fue que el tipo cayó al suelo y no se levantó

Alguien que parecía ser amigo se acercó a verlo, y luego intentó irse contra Sean, pero este de nuevo logró esquivar sus golpes.

Merybeth notó que Sean sabía pelear muy bien, pateó el estómago del tipo, hasta amedrentarlo y de pronto, rompió un vaso de cristal y lo amenazó.

‘¡¿Qué hice?!’

Pensó Merybeth al ver como la situación escaló, hasta salirse de control, los guardias y el gerente del lugar se acercaron.

Cuando Sean vio lo que hizo, soltó el vidrio al suelo, haciéndolo añicos, y miró a los guardias.

Dio un paso atrás.

Si no fuera por su elegante porte, que evitó que lo agarraran de mala gana, haciéndolo salir.

“¿Usted es el gerente?”

“Sí, y no toleraremos este tipo de actos de violencia”.

“Lo lamento, ofrezco una disculpa, estos sujetos me han sacado de mis cabales, no es una buena excusa, tome”

Dijo dándole la tarjeta de crédito.

Cuando el tipo la observó, se quedó mudo.

Sabía que era una de crédito sin límite y su mirada hacia el hombre cambió.

“Le pagaré todo lo que ha generado en el día de ganancias, como compensación, además de la cuenta de estos dos caballeros”.

El gerente asintió asombrado.

Ni tarde, ni perezoso, se apresuró a cobrarlo.

Sean Hyland firmó, y él lo miró.

“¿Es usted de la firma de abogados Hyland?”

“Sí, soy el CEO de esa empresa”

“Señor Hyland, discúlpenos, no sabemos cómo han entrado personas tan indeseables como sus atacantes, le juramos que lo remediaremos, y deseamos que pueda volver a visitarnos”.

“Gracias, seguro volveré, algún día”.

Sean tomó el brazo de Merybeth y la llevó a la salida, junto a Jane y Orson.

Al salir, el viento fresco golpeó sus caras.

Merybeth estaba asustada, y Jane también.

“¿No vas a presentarme a tu amiga, querida?”

Dijo Sean al notar que la tensión podía palparse en el aire.

“Eh… ah, ¡Sí! Ella es Jane, y él es Sean Hyland”

“Mucho gusto, soy su esposo, Sean Hyland, un-placer, él es mi primo, Orson Hyland”.

Jane sonrió y les dio la mano a ambos hombres.

“Bueno… ¿Qué les parece si para calmar la noche, hacemos algo? Dejemos que los esposos puedan despejar su mente, Sean lleva a tu esposa a conocer el lugar maravilloso que amaba la Tía Brooke, mientras Jane y yo vamos a casa, y preparamos una deliciosa cena para todos, ¿Te parece, Jane?”

“$Sí, calor que sí”

Dijo sonriente, pero incómoda, mientras miraba a Merybeth con algo de duda y temor

Jane pensaba que el Señor Hyland era como un Dios griego.

Era perfecto para su amiga, pero, temía de su carácter que parecía amargo y feroz.

“Bien, me parece genial, los veremos en un rato”.

Sean tomó la mano de Merybeth con fuerza y la haló a ir con él.

Jane tuvo temor de ella, pero luego pensó que Merybeth no era una mujer dejada, si Sean Hyland buscaba pelea, ella no dudaría en pelear, hasta cortarle el rostro con palabras fuertes.

Merybeth y Sean caminaron hasta encontrar la arena del mar.

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