Ámame maldito CEO -
Capítulo 333
Capítulo 333:
Sean esbozó una sonrisa, y las lágrimas cayeron por sus ojos.
Luego bajó la mirada, y Merybeth sintió un escalofrío.
Fue como un mal presentimiento.
Ella acunó su rostro, obligando a que la mirara.
“¿Qué pasa? Oiga, Señor Antártida, recuerdas que somos uno solo, dime lo que pasa, cualquier cosa, tú y yo, juntos, contra el mundo, no debes olvidarlo”.
Sean sonrió y asintió.
“Sí, todo está bien, solo, el licor me ha puesto melancólico, soy tonto, ya lo sabes, no soy tan Antártida como creíste, ¿Eh?”
Ella rio de él.
“No, mi mosca héroe, no lo eres”, dijo poniéndose a horcajadas sobre su cuerpo.
“Mi señor es un volcán, un salvaje, también es un tóxico de Chernóbil, y un mosco acosador, y a veces, solo a veces, es como un glaciar, pero así, como eres, te amo, ¡Eres mío! Solo mío, y yo soy tuya”.
Sean acarició su rostro.
“Quiero que seas feliz, solo quiero eso en la vida, si pudiera desear algo, solo eso sería, te amo, debes saberlo”.
Merybeth besó sus labios.
“Pues soy feliz, soy feliz contigo”.
“Y si no estuvieras conmigo, ¿Serías feliz?”
Ella frunció el ceño, con duda.
“A ver, Señor Antártida, entiende una cosa, te amo, eres el hombre de mi vida, con él que quiero estar, de aquí hasta que sea una viejita aduladora de jovencitos”.
Sean rio de ella, y Merybeth también rio.
“Y hay felicidad contigo, pero también hay felicidad sin ti, y te amo, así es”.
ÉI la miró fijamente.
Tragó saliva, humedeció sus labios y su mirada era tan profunda.
Merybeth podía sentir que algo lo estaba matando por dentro, pero no sabía que era, y si él callaba, debía ser por algo.
“¿Quieres decirme que pasa?”
ÉI negó.
“¿Puedo pedirte un favor?”.
Ella asintió.
“Puedes pedirme lo que sea”.
“Hazme el amor, como si fuera el fin del mundo”.
Ella le miró extrañada y rio de él.
“¡Huy! ¿Tanto así de caliente estás?”
“¡Cómo un volcán!”
“Pero, no vayas a g$mir en altavoz, Señor Antártida, mamá está en casa hoy”.
Sean rio de sus palabras.
Quería negar que él g!miera tanto, pero no quiso contrariarla, ella era esa fuente de alegría e inspiración, su más grande amor.
POV Merybeth:
Lo beso como si fuera el último día, con gran pasión, quiero demostrarle todo lo que me hace sentir, como si cada parte de mí pudiera gritárselo.
Desabotono su camisa, y siento su piel fresca por la lluvia, besó su cuello, y su pecho, arrancándole dulces suspiros.
Sé que está tan excitado como yo, hacer el amor siendo amado, es crear magia.
Sus manos estrechan mi cintura, luego me quita el vestido; tan rápido como puede, siento su urgencia.
Su descontrol, su mirada se vuelve oscura, lujuriosa, al mirar que no llevo sostén.
Sus manos acarician mis pechos, me estremezco, mis pezones se ponen rígidos ante su toque, se endereza y los acaricia ahora con su lengua.
Siento su humedad, me hace enloquecer, un g$mido se libera de mi boca, sus manos toman mi nuca, y besa mis labios con ardor.
Pierdo el aliento, me pierdo ante su sabor.
Se levanta y se quita el pantalón, está desnudo frente a mí.
ÉI es la imagen del hombre perfecto.
Tocó su v!rilidad, sintiéndola tan dura para mí, jadea cuando siente mis manos masajeándolo con intensidad.
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