Ámame maldito CEO
Capítulo 251

Capítulo 251: 

ÉI se quedó callado.

Odiaba recordar ese pasado.

Lo triste que se sintió a su lado… eso era un asunto olvidado.

Mary BelI tomó la mano de Octave cuando él se la ofreció.

“¿Y ahora a dónde vamos?”

“Por favor, Mary BelI, debes ir con Clarisse, ella te va a ayudar”.

Mary BelI lucía nerviosa.

Ansiosa, obedeció la orden.

Ella fue con Clarisse.

Octave estaba nervioso.

Solo esperaba que esa terapia fuera buena para Mary.

Mary tomó asiento en un sofá.

Ella mordía sus uñas, movía sus pies al ritmo de sus nervios y Clarisse se daba cuenta de todo eso que ella hacía.

“Mary BelI, ¿Cuéntame cómo te sientes?”

“Me siento mal, no sé quién soy, ni dónde estoy, tampoco sé en quien confiar, solo en Octave, porque él es mi amigo, no tengo a nadie más”.

Clarisse sintió compasión por la mujer.

“¿Recuerdas algo de tu pasado?”

Mary BelI tocó su cabeza.

Era como si doliera.

Era como si pudiera traer con eso nuevos recuerda al ahora.

Todo era confuso para ella.

Simplemente, era demasiado para ella.

“Poco… mi mente, es como una neblina blanca, que no me deja ver, no sé si mis recuerdos son reales, algunos se sienten como si lo fueran”.

“¿Quieres hablarme de esos recuerdos?”

“Recuerdo a una bebé, sé que es mi hija, luego recuerdo llanto, mucho llanto, después mi mente se vuelve oscura…”

“Entiendo”, ella anotó.

“Mary BelI, tus recuerdos son difusos, has estado en un hospital por mucho tiempo, bajo fuertes medicamentos, podríamos comenzar una sesión de hipnosis, y ver si podemos atraer recuerdos más claros a tu mente, ¿Te gustaría hacerlo?”

“¿Crees que podría recordar donde está mi bebé?”

“Tal vez”.

Mary BelI asintió.

Clarisse le indicó que se recostara en el sofá, buscando una posición cómoda, que cerrara sus ojos, Clarisse bajó la luz para que estuviera mejor.

Mary BelI la obedeció

“Bien, Mary, comenzaremos, quiero que inhales por tu nariz y exhales lentamente por tu boca”. Clarisse repitió el proceso.

“Bien, te voy a pedir que imagines un lugar hermoso, tranquilo, un lugar que te guste. ¿Lo has conseguido?”

Mary BelI dijo:

“Sí”

“Te sientes tranquila, no tienes calor o frío, ni dolor, nada te abruma, estás en paz, inhala y exhala con lentitud”

Cuando Clarisse estuvo segura de que ya estaba en un buen nivel de trance, pudo proceder con el siguiente paso.

“Ahora quiero que imagines a una persona de tu pasado, trata de recordarla, Mary BelI, puedes ver su rostro en esplendor, toma su mano, y obliga a tu mente a recordar”.

“Mary BelI imaginaba un prado verde, viento fresco, cielo azul, recostada, sintiéndose tranquila”

Escuchando a lo lejos la voz de Clarisse, ella imaginó a ese hombre frente a ella.

Su rostro no tenía forma al principio, hasta transformarse en su esposo.

Félix Hansen.

ÉI le tendió la mano.

Mary BelI sintió temor, pero la tomó.

Una cascada de recuerdos vino a ella.

Era como si gritaran en sus oídos.

Ella estaba asustada, gritaba, pero no podía ser escuchada.

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