Ámame maldito CEO -
Capítulo 224
Capítulo 224:
ÉI la enrolló en sus brazos con fuerza.
“Nadie me lastimará, Mery, no lo voy a permitir”
ÉI besó sus labios y ella perdió la noción del tiempo.
“Dime, si hubieses sabido que era el medio hermano de Joe, ¿Te hubieses acercado a mí?”
Merybeth pensó en ello.
“La verdad, no, porque todos pensarían que sería la perfecta venganza”.
Sean la acercó a él, haciendo que se pusiera de horcajadas sobre su cuerpo.
“¿Ni, aunque te gustara mucho?”
Ella sonrió.
“No, bueno, al menos me haría la difícil e inalcanzable, luego diría algo típico como; ya lo ves, el amor es como es”.
ÉI rio de ella.
“Mejor así, que nos hubiésemos conocido de esta manera, ahora dime algo, ¿Volverás a mí?”
“No lo sé”, dijo con desdén.
“Aún no estoy tan convencida”.
“Merybeth…”
“¿Qué? Quiero muchas cosas, Sean, para dejarme convencer, soy consciente de mi valor”.
ÉI la miró con severidad
“Pide lo que sea”.
Ella lo miró atónita.
“¿Lo que sea?”
ÉI asintió seguro.
Ella levantó los hombros en señal de desinterés.
“Bueno, quiero… ¡Un anillo de diamantes! Sí, porque no tuve ningún anillo como las novias tienen antes de la boda, así que quiero uno, y que sea muy lujoso y caro”.
“¿Un anillo? Concedido”.
“¿Concedido? ¿Qué eres ahora?”
“Me convertí en el genio que cumple tus deseos”.
Ella rio de él.
“¿Un genio que cumple deseos? No lo creo, tal vez eres la mosca que cumple mis caprichos”
Sean se echó a reír a carcajadas.
“Bien, sigue pidiendo tus deseos”.
“También quiero un auto, el mejor, y también quiero un viaje, tú y yo de luna de miel, juntitos”.
“¿Un carro? Te lo compraré, ¿Un viaje? Lo haremos, elige el destino”.
Merybeth le miraba sorprendida y enfadada a la vez, mientras jugaba acariciando su rostro, haciéndole muecas.
“También quiero veinte millones y una casa en la playa”, dijo burlona.
“Está bien, hoy mismo tendrás todo eso que quieres”.
Merybeth le miró incrédula.
“¡Ajá! Sí, claro, ¿Cómo no?”
“¿Lo dudas? Ya lo verás, hoy a las ocho de la noche, te veré aquí para cenar, prepararé una deliciosa cena, y luego, tendrás todos tus deseos hechos realidad, o me dejo de llamar Sean”, explicó confiado.
Ella rio de él.
“Entonces te llamaré mi Señor Mosca de Antártida”.
Sean rio de ella y lo besó con tanta pasión que el deseo reactivo todos sus sentidos.
…
Cuando Merybeth despertó a la mañana siguiente pensó en todo lo que le había dicho Sean.
Ella acarició su rostro.
Era una locura.
El destino la había unido precisamente a él.
‘Es como la venganza perfecta, pero nunca deseé esto para Joe’, pensó.
Sonrió al sentir como su corazón latía por Sean.
Incluso si quería negarlo, cuando lo conoció pensó que era el hombre más guapo que había visto, claro que creyó que se enamoraría de él, de cualquier forma, por lo menos pensó que era bueno, que hubiese pasado cuando estaba soltera, y no siendo la novia de Joe.
Ella se abrazó a su pecho de nuevo, y él la sujetó con fuerzas.
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