Ámame maldito CEO
Capítulo 221

Capítulo 221: 

“¿Me lo darás?”

“No, nunca”.

Ella le miró severa.

“Bien, entonces no te daré placer”, sentenció frustrada, y estuvo dispuesta a irse, pero éI la tomó de la cintura, deteniéndola.

Sus labios besaron su cuello, dejando un camino húmedo, estremeciendo su cuerpo.

“¿De verdad crees que te puedes negar a mí?”

Ella asintió que se quedó sin aliento, que su piel despertaba para éI, su cuerpo temblaba; y también en su v$gina, no podía evitarlo.

“Sí, puedo negarme a ti”.

ÉI la giró a ella, tomó su mano y la llevó hasta su v!rilidad.

“¿Sientes lo dura que esta? Te necesito, eres lo que más deseo en el mundo”.

“¿Cómo un auto o como tu juguete favorito?”

ÉI sonrió malicioso, y soltó su mano.

“No. Dime, ¿Te has sentido tan perdida que sientes que no perteneces a ningún lugar en el mundo?”

Ella lo miró fijamente.

“Si…”

“Yo también me sentía así, hasta que te conocí, y supe que ya tenía a alguien en el mundo a quien pertenecer.”

ÉI la besó con urgencia, con pasión.

Su lengua acariciaba la suya, con tanto deseo, que no pudo huir de éI.

Sintió como su mano bajaba a su pantaleta.

Sintió que estaba húmeda, la recostó en la cama, tan rápido que no pudo huir.

ÉI se quitó la ropa y ella disfrutó de la vista.

Era tan grande.

Tan perfecto.

Luego se acercó a ella, gateando sobre la cama.

Ella intentó alejarse, solo por diversión, y sintió como éI tomó sus tobillos, atrayéndola a éI.

Sean besó sus muslos, tan lentamente, y con su lengua, provocando que se estremeciera.

Pronto le quitó las bragas, y las dejó a un lado.

Su dedo índice acarició suavemente su cI!toris, y ella se arqueó.

Su garganta estaba seca, éI abrió más sus piernas, y su lengua comenzó a acariciarla.

POV Merybeth:

¡No puedo más resistirlo!

Su lengua es una debilidad para mi placer, la forma en que se mueve, en que me acaricia.

¿Podría divorciarme de este hombre?

Incluso si es un idiota, a veces me siento tomada como rehén, como si mi cuerpo fuera su capricho, y si esta tan mal, ¿Por qué se siente tan bien?

Me descontrolo, y mi cuerpo palpita, lanzó un grito de satisfacción y siento mi propia humedad, es como tocar el cielo.

ÉI sonríe, y yo juro que es el mismo demonio, pero, ¿Por qué el diablo se ve tan se%y?

Se acerca a mí, y murmura, su voz se vuelve más caliente en la cama, como una de sus sensuales caricias.

“¿Te gusta?”

¿Por qué me lo pregunta?

¿Acaso no se da cuenta como mi cuerpo y mi alma reaccionan a éI?

De pronto, caigo en cuenta de algo.

Lo veo en su mirada.

¡Es tan inseguro!

Es como un niño que, aunque hace todo bien, aún busca la aprobación de un adulto.

Eso me conmueve, puedo entenderlo, porque alguna vez estuve ahí.

Mis manos acarician su rostro y sonrío.

“Sí… pero quiero más de ti”.

Sus ojos brillan como si un rayo de sol los iluminara, besa mis labios con esa furia y esa pasión, también con un toque de dulzura.

Es como una dr%ga para mi piel.

Es tan adictivo como el chocolate, y lo amo.

¡Amo al Señor Antártida!

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