Ámame maldito CEO -
Capítulo 112
Capítulo 112:
Merybeth recordó aquel día.
Cuando Joe y su hermana se besaban y ella los encontró.
Fue la peor traición.
Un gran dolor.
Eso fue humillante.
Eso fue doloroso.
No podía creer que él se atreviera a engañarla, ni a lastimarla de tal manera, pero con Sean Hyland era todo diferente.
Él no tenía ninguna máscara que le hiciera pensar en su inocencia.
Ella corrió el riesgo sola.
Sabía que debí atenerse a las consecuencias, aunque quiso creer que él estaba sintiendo amor por ella.
Ahora sabía que solo era muy ingenua, pues Sean Hyland no sabía amar.
“Juro que te aborrezco, tanta humillación, tanto desprecio. No pagaré mi dolor, por veinte millones de dólares y una casa en la playa, ¡No lo vales! ¡Ni que valieras tanto! No lo haré, tal vez no tenga nada, Sean Hyland, pero por lo menos me tengo a mí misma, algún día, tú serás quién quiera que vuelva, y yo me burlaré en tu cara, ¡Si quieres que vuelva, tu precio será tu dignidad! Así como hoy me hiciste pagar con la mía”
Sentenció, Merybeth.
Luego se hizo un ovillo, sentada sobre el suelo y lloró de nuevo.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Sean terminó su última junta de trabajo.
Todo el día estuvo ausente.
Él único que pudo notarlo lo suficiente para echárselo en cara fue Orson.
“¿Qué te pasa? ¿Estás bien? Has actuado muy raro este día”
“Estoy bien”
¿Pensaste lo que te dije sobre Lucy?
“He dicho que está despedida, no quiero volver a verla cerca de mí”
Sentenció Sean.
“Sean, no seas cruel”.
“No quiero traidores a mi alrededor, Orson”.
“Creo que te estás volviendo un paranoico”
Sentenció Orson.
Una llamada resonó y Sean respondió en el altavoz.
“Señor, hay una llamada para el Señor Orson Hyland.
“¿Quién es?”
Exclamó Orson Hyland.
“Es la señora Hyland”.
Sean arrugó el gesto confundido.
Todo el día pensó en ella.
No podía sacar de su mente lo que había pasado, y ahora ella llamaba, pero, no a él, si no a Orson Hyland, eso era como una alarma para Sean.
“Responderá en dos minutos, por favor”
Dijo Sean Orson lo miró confuso.
“¿Qué está pasando, Sean?”
“Escucha, le contestarás, pero, en altavoz, quiero escuchar que tiene por decirte”.
“Pero, ¿Acaso está algo mal?”
“¡Solo respóndele!”
Exclamó Sean desesperado.
Orson puso ojos de fastidio y obedeció.
Respondió la llamada.
“Hola, Merybeth, ¿Cómo estás? ¿Todo bien?”
“Hola, Orson, quería pedirle un favor, no le diga a Sean que lo llamé”.
“Ah… no, no te angusties, no le diré nada”
Dijo Orson mirando a Sean, que tenía una cara de póker, pero, guardaba silencio.
“¿Qué necesitabas, Merybeth?”
“¿Quería saber algo? ¿Usted sabe si ya le entregaron la herencia de Brooke Hyland a Sean?”
Orson miró a Sean y él asintió, aprobando que le dijera.
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