Alquilando una mamá
Capítulo 86

Capítulo 86:

Cuando terminaron de bañarse y cambiaron las sábanas, se acostaron en la cama. A los pocos minutos, sin embargo, alguien llamó a la puerta, así que Amanda fue a abrirla. Del otro lado, estaba Lucy haciendo pucheros y con su bebé de juguete en brazos.

“Cariño, te despertaste” dijo mientras la alzaba.

“Me duele, mamá” se quejó la niña.

“Ya pasará. No podrías moverte si la herida hubiera empeorado”. Intentó reconfortarla. “Vamos a la cama y quedémonos con papá”.

Amanda la sentó en el medio del colchón, y su padre la atrajo hacia él con un abrazo para que se acostara sobre su pecho.

“¿Ves que no debes correr? ¿Papá no te había dicho que no corrieras porque te podías caer?” la regañó Anthony.

“Sí, papá”.

“Si vuelves a correr así, tendré que castigarte” le explicó.

“Mamá…” La niña la miró con cara de súplica.

“Deja de pelearte con ella, amor”.

“Quejosa” bromeó el padre.

“¿Puedo dormir aquí?”

“No” respondió Anthony.

“Sí” dijo Amanda al mismo tiempo, y se miraron”.

“Amor, se va a acostumbrar y no querrá dormir más en su cuarto” razonó él.

“No, no tiene nada de malo que se quede aquí por hoy”.

“No es lo ideal, Amanda” insistió. Ella frunció el ceño y miró a la pequeña.

“Hija, ¿Qué tal si duermes con mamá en mi habitación?”

“Está bien” sonrió Lucy.

“Esta es tu habitación” dijo Anthony.

“No. Es la tuya” replicó la joven.

“Amor, pensé que ibas a dormir conmigo. No te vayas”.

“¿Lucy puede quedarse?”

“Sí, está bien” accedió él a regañadientes.

“Genial. Entonces, nos quedaremos aquí los tres” anunció Amanda.

“¡Sí!” gritó de alegría la niña.

El padre se puso serio en forma de chiste y ambas empezaron a reírse. La chica le hizo cosquillas a la niña y empezaron a jugar, lo que le sacó una sonrisa enorme a Anthony. Pasaron el resto de la noche jugando hasta que fueron a cenar y, después, volvieron al dormitorio principal para mirar caricaturas un rato. Pronto, la pequeña cerró los ojos entregada al sueño, y los padres se acomodaron en la cama de tal manera que los tres terminaron durmiendo abrazados.

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