Alquilando una mamá -
Capítulo 76
Capítulo 76:
Mientras todos conversaban, Amanda aprovechó para jugar un poco con Lucy y colorear juntas algunos dibujos que Sabrina había impreso.
“Amor, ¿Quieres algo del coche?” preguntó Anthony levantándose del sofá. Lo dijo con tanta naturalidad que la chica no pudo evitar sonrojarse. Los padres de él los miraron sorprendidos y sonrieron. Al entender lo que había pasado, el joven sonrió con torpeza.
“¿No me digan que están saliendo?” preguntó la madre, intrigada.
“Ese amor no era de amistad” observó Geoffrey entre risas.
“La están avergonzando” dijo Anthony, pues su novia estaba toda roja.
“Necesito saber, chicos” insistió Sabrina.
“Cielos”. La joven se cubrió el rostro con las manos.
“Estamos saliendo, sí”.
“Cielos. Tengo nuera. ¡Tengo nuera!” La señora saltaba de la emoción.
“Sabía que todo iba a salir bien tarde o temprano. Te lo dije, hijo.
Ambos se levantaron para felicitar a la pareja. Sabrina se acercó a Amanda y le dio un abrazo fuerte.
“Sé que ya dije esto, pero lo vuelvo a decir: bienvenida a la familia. Estoy muy feliz de tenerte como nuera.
“Gracias. Yo también estoy muy contenta de tenerla en mi vida”.
“Felicidades, chicos. Que esta alegría y este amor no dejen de crecer” celebró Geoffrey.
“Gracias, papá”.
“Gracias”.
“Le conté a la abuela, pero ella dijo que era mentira” acotó Lucy con tono ofendido.
“Chismosa”. Anthony se rio ante las ocurrencias de su hija.
“Pensé que era un invento de ella” explicó Sabrina, riéndose.
“Hemos estado tratando de hacer que funcione durante unos días. Amanda quería tomarlo con calma y mantenerlo solo entre nosotros, pero se ve que no pude quedarme callado.
“Ya estoy esperando la boda” bromeó su madre, esperanzada.
“Cielos”. El rubor en el rostro de la joven se intensificó por el comentario.
“Mamá, sácatelo de la cabeza. Empezamos a salir hace muy poco”.
“Esto merece una celebración. Voy a buscar un champán” anunció su padre antes de salir de la habitación.
“¿Por qué no me mordí la lengua?” El joven sonrió y miró a su novia.
“Están felices, déjalos”.
“¿Quieres algo del coche?”
“Mi bolso y mi cargador”.
“De acuerdo”. Salió a buscar las cosas.
“Me alegro mucho por ti, sobre todo porque mi hijo volvió a abrir su corazón. Eres una mujer maravillosa y supiste conquistarlo” dijo su suegra.
“Yo no hice nada” contestó Amanda entre risas.
“Algo habrás hecho; algo que él vio y quedó encantado. Tienes muchas cualidades, querida, y eso impresiona a cualquiera”.
“Muchas gracias por aceptarme y por el cariño”.
“Eres muy dulce. Nos alegramos por ti, en serio. Te queremos mucho”.
“Yo también los quiero”.
“¿Y a mí?” preguntó la niña de repente.
“A tí te quiero un montón, mi amor, más aún”.
“Anthony ha cambiado mucho desde que llegaste a nuestras vidas: está siendo un padre de verdad, un buen hijo, menos maleducado y mejor persona” comentó Sabrina. Lucy habló mucho de lo que hicieron estos últimos días. Dijo que él la llevó a la escuela, que fueron al parque juntos y a la fiesta escolar. Cambió bastante. No sabes cuánto tiempo esperé para verlo así”.
“Sí. Él siempre fue una buena persona, pero solo le faltaba un empujoncito para dar el primer paso. Ahora que se volvieron íntimos, se divierten mucho con Lucy.
“Qué bueno. Estoy muy feliz”.
“¿Dónde está Anthony?” preguntó Geoffrey, que había vuelto con una botella de champán en la mano.
“Fue a buscar unas cosas al coche” respondió Amanda.
“Bueno, vamos a brindar por la feliz pareja” propuso su suegro con una carcajada. Justo en ese momento, su hijo estaba entrando a la casa.
“Padre, si fuera por ti, todo sería un brindis”.
“¡Hay que celebrar, Anthony!” Sirvió las copas y brindaron. Todos estaban muy contentos y emocionados, y los padres del novio no dejaban de sonreír.
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