Alquilando una mamá -
Capítulo 244
Capítulo 244:
Pasó una semana y Anthony corría de un lado a otro. Eran días difíciles para Amanda porque los bebés eran muy demandantes; se despertaba tres o cuatro veces por noche para amamantar y, cuando un bebé lloraba, el otro se despertaba también.
Además, tenía los sen%s amoratados, por lo que amamantar le dolía. Anthony la ayudaba a salir de la casa para que tomase un poco de sol y le daba hielo para que se pusiera una compresa y disminuyera el dolor. Los abuelos y los tíos mimaban muchísimo a los bebés e Lucy no tenía ganas de ir a la escuela porque quería quedarse en casa con sus hermanos.
Convencerla de ir a clases fue muy difícil, pero Anthony no dio el brazo a torcer y la llevó de todos modos. Sin embargo, apenas regresaba a casa, lo primero que hacía era ir a buscar a sus hermanos.
Cindy seguía esperando a que su bebé naciera; estaba embarazada de nueve meses y Ken estaba muy ansioso por tener a su hija en brazos.
Anthony había tenido que ir a la empresa porque tenía que firmar un contrato, así que Cindy había ido a visitar a Amanda y a hacerle compañía un rato. Las empresas de Ken y Anthony estaban por fusionarse, así que Ken había acompañado a Anthony.
“Amiga, me duele el estómago” comentó Cindy.
“Tu barriga está enorme y no te quedas quieta ni un minuto”.
“Sí, pero ahora es en serio. No es ese tipo de dolor”.
“Hola, hermosa” saludó Anthony al llegar a casa.
“Hola, hermosa” le dijo Ken a Cindy.
“Amiga…” Cindy intentaba hablarle a Amanda mientras se abrazaba la barriga.
“Tranquila, respira. Necesitas esperar a romper bolsa”.
“Ayúdame” le suplicó.
“¿Qué está pasando?” preguntó Ken desorientado.
“Tu hija quiere nacer” anunció Amanda entre risas.
“Cielos”.
“Amor, antes de que rompa bolsa, ve a buscar las cosas del bebé”.
“Claro. ¿Dónde están?”
“En el clóset, Ken. Apresúrate, amor, por favor”.
“De acuerdo. Regreso pronto”.
Comenzó a caminar de un lado a otro como perdido hasta que Anthony lo jaló del brazo y se lo llevó. Amanda se quedó con Cindy y como era enfermera pudo ayudarla a controlar el dolor. Necesitaba romper bolsa antes de ir al hospital.
“Amiga, ¿Falta mucho?”
“Tranquila, no te apresures”. Intentó calmarla.
“No puedo creerlo, voy a tener una hija”.
“Sí, cariño. No tengas miedo cuando llegue el momento del parto; todo saldrá bien”.
“Estoy lista. Lo que más quiero es poder tenerla ya en mis brazos”.
“Me alegro mucho por ti”.
“Te quiero, eres la mejor amiga que he tenido, Amanda”.
“También te quiero”.
“¡Cielos!”
De repente, una gran cantidad de líquido cayó por entre las piernas de Cindy y, acto seguido, comenzó a tener contracciones tan fuertes que tuvo que sentarse.
Amanda llamó a Anthony para avisarle y él le dijo que ya estaban por llegar, así que ayudó a Cindy a caminar hasta la puerta, donde Ken la tomó en sus brazos, la subió al auto y se fueron al hospital.
Amanda no podía acompañarlos porque debía quedarse cuidando a los bebés, pero deseó que todo saliera bien.
De repente, una gran cantidad de líquido cayó por entre las piernas de Cindy y, acto seguido, comenzó a tener contracciones tan fuertes que tuvo que sentarse.
Amanda llamó a Anthony para avisarle y él le dijo que ya estaban por llegar, así que ayudó a Cindy a caminar hasta la puerta, donde Ken la tomó en sus brazos, la subió al auto y se fueron al hospital. Amanda no podía acompañarlos porque debía quedarse cuidando a los bebés, pero deseó que todo saliera bien.
Anthony sí fue con ellos. Al llegar al hospital fueron directo a la sala de parto. Ken estaba desesperado y Cindy sentía tanto dolor que se retorcía.
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