Alquilando una mamá -
Capítulo 231
Capítulo 231:
“¿Qué pasó? ¿A dónde la van a llevar?” preguntó el muchacho.
“Está todo bien” le respondió Cindy.
“Tengo una sospecha, así que le haré un examen” explicó el Doctor Brown.
“Yo también voy” dijo Ken.
“De acuerdo”.
Se dirigieron a un cuarto en el que ya había otro médico esperando. Colocaron a Cindy en una camilla para realizarle el estudio y el joven se quedó a su lado sosteniéndole la mano, pues se notaba que la muchacha tenía un poco de miedo.
Cuando el médico le levantó la bata, Ken se la bajó enfadado y exclamó: “¡¿Está loco?!”
“Quédese tranquilo, solo necesito subírsela para hacerle el examen. Le haré una ecografía transvaginal” aclaró el médico”.
“No es necesario”.
“Lo siento, pero yo soy el médico aquí y decido si es necesario”.
“Amor, quédate aquí conmigo y deja que el doctor haga lo que tenga que hacer” dijo Cindy.
Entonces el médico se acercó a ella, le acomodó las piernas y comenzó a examinarla. El hombre miraba la pantalla con atención, pero los dos jóvenes, tomados de las manos con fuerza, no entendían nada de lo que estaban viendo.
“¿Ven este puntito de aquí?” les preguntó el médico mostrando la pantalla.
“Sí”.
“Ese es su hijo”.
“¡¿Qué?!” exclamó Ken sorprendido.
“¿Un bebé?” balbuceó Cindy.
“Así es. Está embarazada de un mes y todo está bien: el útero y el bebé parecen sanos. ¿Ya tenía alguna duda o se acaba de enterar?”
“No, yo no sabía” murmuró la joven.
“¿Un bebé? ¿Embarazada?” Ken no terminaba de comprender”.
“¡Te juro que no sabía nada! No fue a propósito, si estaba tomando anticonceptivos”.
“¡Voy a ser papá!” gritó el muchacho con tanto entusiasmo que todos en la sala se asustaron. Luego comenzó a dar saltos y a llorar, y terminó abrazando a las enfermeras y a los médicos. Cindy no entendía nada, pero al verlo así sonrió, y entonces él se acercó, la abrazó emocionado y le dijo:
“Cariño, me diste un regalo hermoso. ¡Estoy tan feliz! ¿Te casas conmigo? Hagámoslo, así podremos cuidar juntos a nuestro pequeño, en nuestra propia casa”.
“¿Qué?” preguntó Cindy.
“Sé que no es una propuesta muy romántica, pero hace tiempo que quiero pedírtelo, y hoy es el momento indicado. Estoy tan feliz que ya no puedo contenerme. ¡Vamos a ser padres! Así que, ¿Te casas conmigo?”
“¿Tú quieres tener a este bebé?”
“¡Claro! ¿Tú no? Por favor, dime que sí quieres” le pidió Ken.
“¡Sí, quiero! Y acepto casarme contigo. Quiero todo contigo”.
“Te amo, mi vida”.
“Yo también te amo” dijo Cindy entre lágrimas. Los dos se miraron sonrientes y rebosantes de felicidad. Acto seguido, Ken la besó y todos los que se encontraban en la sala aplaudieron con alegría.
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