Alquilando una mamá
Capítulo 227

Capítulo 227:

Luego de un tiempo, el doctor apareció en la recepción. Anthony se levantó y le agarró la bata desesperadamente.

“Por favor, dime que los dos están bien, no me digas que perdimos a nuestro hijo”.

“Cálmate, está bien” dijo el Doctor Brown.

“¿En serio? ¿De verdad?”

“Amanda está bien, pero sufrió muchas heridas, tiene muchas marcas en el cuerpo. Tiene la boca cortada y se golpeó la cabeza en el accidente. Le hicimos una tomografía rápida, pero no tiene nada grave, está bien”.

“Gracias a Dios” dijo Sabrina.

“¿Y nuestro hijo? Por favor, dime que está bien”.

El doctor hizo una pausa, respiró hondo, trató de evitar la mirada de Anthony, pero tomó fuerzas y enfrentó la situación.

“Amanda sufrió algún tipo de caída o golpe en el accidente automovilístico; no les mentiré, está en una situación delicada y corre el riesgo de tener un aborto espontáneo”.

“No, no, nuestro hijo no puede morir…” dijo Anthony mientras caminaba de un lado al otro.

“Hicimos todo lo que pudimos, su obstetra vino a acompañarla y le dimos algunos medicamentos para controlarla, ahora solo queda esperar. Se quedará en el hospital en observación. Lo mejor es que se quede aquí en caso de que algo suceda. Tienes que ser fuerte”.

“Cielos, ¿Ella ya lo sabe, doctor? ¿Se despertó?” preguntó Sabrina.

“Sí, ella ya lo sabe, se despertó y le dimos la noticia”.

“Quiero verla, necesito verla”.

“Claro, ven conmigo”.

Anthony acompañó al doctor, entró al cuarto y fue hacia Amanda con lágrimas en el rostro. Amanda empezó a llorar también. Se abrazaron como si se estuvieran consolando, pero era evidente que los dos estaban muy abatidos.

“¿Cómo estás, mi amor? Lo siento por no evitar que esto suceda, debí haberme dado cuenta cuando ibas al baño”.

“Estoy bien, no te culpes, no podíamos imaginar que esto pasaría”.

“Ya lo sabía, por eso te di el brazalete, tiene un rastreador, pero no quería decírtelo para que no pensaras que quería controlarte o vigilarte”.

“No hay problema, estoy aquí ahora”.

“Nuestro hijo…”. Anthony quebró en llanto.

“Todo va a estar bien, tengamos fe, no puedo perder a nuestro hijo”.

“Mi bebé…” dijo Anthony, hablándole al vientre.

“No nos dejes, mi niño, no dejes a mamá y a papá. Sé fuerte, por favor, te juro por Dios que te protegeré, pero no nos dejes”.

Anthony estaba desesperado, sentía cómo la tristeza y la angustia crecían dentro de él. Amanda le acariciaba el pelo y también lloraba. Anthony la abrazó una vez más, estaba sufriendo mucho. Sabrina fue hacia ellos y los abrazó, reconfortándolos.

Fue un momento delicado y muy triste, ninguno de ellos sabía cómo serían las próximas horas. Después de un tiempo se calmaron y la obstetra entró en la habitación con algunos equipos. Anthony miraba muy asustado. La obstetra se acercó y le levantó la bata a Amanda, que quedó con el vientre afuera. En ese momento, Anthony se dio cuenta de que la chica tenía algunos arañazos en los brazos y los muslos.

“Hagamos una ecografía, ¿De acuerdo?”

“Está bien”.

“Amor, estos rasguños no fueron todos del accidente”.

“Intenté huir del auto, pero Devon me jaló y me caí. Luego me arrastró hacia el auto y me lastimé todo el cuerpo”.

“Pobrecita, me alegro de que haya muerto, si no lo hubiese matado”.

“Ya estoy bien”.

“No tuviste más sangrado y eso es bueno, está estable pero aún no podemos eliminar los riesgos, esperemos unas horas más” dijo la obstetra.

“Doctora, si por casualidad todo sale bien, ¿Tendré un embarazo normal o seguirá habiendo riesgo?”

“Ambos, si tienes reposo absoluto y ya no sufres emociones fuertes, puedes tener un embarazo tranquilo, pero también puedes sufrir un parto prematuro, aún estamos evaluando todo. Esperemos estas últimas horas para poder decir algo, lo importante ahora te toca a ti, debes mantener la calma y descansar, así todo funciona y evitamos un aborto involuntario”.

“Está bien, gracias” contestó Amanda.

“En una hora vuelvo para ver qué tal”.

“Está bien”.

La obstetra se fue y ellos se quedaron en silencio. Anthony le acarició el rostro a Amanda con cariño hasta que Amanda se durmió por el efecto de la medicación. Anthony se paró a su lado y apoyó la mano en el vientre de ella mientras que continuaba acariciándole el rostro con la otra.

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