Alquilando una mamá -
Capítulo 198
Capítulo 198:
Regresó del baño y se acercó a Amanda, que estaba en el sofá al lado de la chimenea. Él solo vestía una bata y ella, una sudadera”.
“¿Sabes lo que acabo de recordar?” preguntó él.
“¿Qué?”
“El regalo de mi madre”.
“¿Estás bromeando?”
“Quiero ver”.
“De verdad, no”.
“Por favor, amor, solo quiero ver”.
“¡No!”
“Voy a espiar en tu maleta entonces”. Anthony fue hacia la maleta y la abrió.
“No, amor, no la abras”.
“Quiero saber qué es”.
“Qué vergüenza, Cielos”.
Anthony tomó la bolsa donde estaba toda la lencería y sonrió al verla. Amanda se sonrojó de vergüenza.
“Qué traviesa Sabrina, no sabía que ella sabía de esto”.
“Está bien, ya sabes lo que es. Ahora guárdalo”.
“Nada de eso. Te lo regalaron con tanto cariño que ahora debes usarlo”.
“¿Qué? De ninguna manera”.
“Quiero verte en esto”.
“De verdad, no”.
“¿Por qué?”
“No tengo el coraje de usar esto”.
“¿Estás segura?” le dijo al oído apoyándola contra la pared”.
“Eso es un golpe bajo”.
“Aún no has visto nada. Quiero verte con toda esta lencería. Me estoy volviendo loco de solo imaginarlo”.
La sostuvo del cuello mientras la besaba con intensidad; fueron besos lentos pero intensos. Amanda se quedó sin aliento en cuestión de segundos, su cuerpo comenzó a calentarse.
“Quiero que uses toda esta lencería, quiero ver tu cuerpo se%y como si fuera la primera vez”.
Ella lo miró, ya excitada; Anthony le entregó la lencería y ella se fue al baño. Mientras se vestía, él se quedó en el sofá junto a la chimenea. La joven no sabía cómo vestirse, así que buscó en internet para saber dónde iba qué. Al verse en el espejo, se quedó impactada y con mucha vergüenza. Tomó una chaqueta que traía puesta y se la puso. Anthony la llamó porque se estaba demorando. Respiró hondo y salió.
“Quítatela” indicó Anthony señalando la chaqueta”.
“No puedo, esto es demasiado pequeño y exagerado”.
“Quiero ver”.
“Cielos”.
“No tienes por qué avergonzarte. He visto tu cuerpo, eres hermosa, solo llevas lencería se%y”.
Amanda respiró hondo y, sin mirarlo, se abrió la chaqueta mirando para el costado con mucha vergüenza. Anthony se paralizó y la analizó de arriba abajo sin aliento.
“Mi%rda”.
“Creo que así es como se pone”.
“Hermoso”.
Amanda giró lentamente con más vergüenza porque detrás solo había una correa. Él se levantó y fue hacia ella. La joven se paró frente a él sin mirarlo a la cara, pero él le levantó el rostro, la hizo mirarlo a los ojos y tiró de las cintas que le sujetaban el cuerpo.
“Cada vez me vuelves más loco. Me encantó verte así, te daré la mejor noche de tu vida”.
Le habló despacio mirándola a los ojos, y ella cerró los suyos para sentir el efecto de sus palabras. La besó en los labios con un ligero mordisco al final, luego le pasó la punta de la lengua por la oreja y ella soltó un gem!do de sorpresa mientras su cuerpo se estremecía por completo. Anthony le besó el cuello hasta el hombro y le miró los pechos.
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