Alquilando una mamá -
Capítulo 166
Capítulo 166:
Al llegar a casa, Amanda subió corriendo al dormitorio para cambiarse de ropa y bajó al salón”.
“Mamá, ¿Dónde están los anillos?” preguntó Anthony.
“¿Han vuelto?” dijo Sabrina. ¿Habrá boda? Ay, Cielos”.
“Sí, todavía habrá una boda”.
“¡Ay, Cielos!” gritó la madre. ¡Qué alegría!”
“No tienes que gritar, querida” soltó Geoffrey entre risas.
“¿Dónde están los anillos?” repitió Anthony.
“Los vendí” respondió Sabrina. Me dijiste que me deshiciera de ellos”.
“¿¡Qué!?”
“No puedo creer que hayas hecho eso” murmuró Anthony.
“¡Es broma, cálmate! Enseguida los traigo, nunca los vendería.
Fue a la oficina y regresó con una caja. Anthony tomó los anillos y, luego de ponerse el suyo, hizo lo mismo con Amanda.
“Yo tampoco cancelé nada de la boda” comentó Sabrina. Luego miró a Amanda y le dijo”: Sabía que volverían”.
“Imposible mantenerse alejado” intervino Anthony.
“Me alegra que haya vuelto la paz” soltó Geoffrey.
“Al menos en eso, papá”.
“Hijo, siento arruinar tu felicidad, pero tendrás que hacer un viaje”.
“¿Qué quieres decir? Falta una semana para la boda, ya te dije que me voy”.
“Tienes una reunión importante en el país vecino; hice todo lo posible para ir en tu lugar, pero quieren tu presencia”.
“¿Cuántos días?”
“Como máximo tres, pero puedes volver antes”.
“Qué mi$rda”.
“No pasa nada, amor” lo tranquilizó Amanda. Estaré esperándote con todo listo, no te preocupes por eso”.
“Gracias por entender”.
“Cariño, tenemos que llevar a Lucy a probarse el vestido” le recordó Sabrina.
“Sí, vamos.
Sonó el timbre y Esther abrió la puerta. Al ver entrar al abogado, Anthony se puso tenso”.
“Buenos días” saludó.
“Cuéntame” pidió Anthony.
“La noticia es que Ruby no mintió.
“¿Cómo?”
“Ve a una psicóloga una vez a la semana. Vi las cámaras y es así, todos esos diagnósticos que me diste son ciertos: tenía depresión posparto”.
“Entonces no mintió” concluyó Anthony.
“Pero eso no justifica que lo haya engañado” comentó Sabrina.
“No, no justifica nada” coincidió el abogado”, pero lo que dijo es cierto. Ahora, sobre la traición, solo ella puede dar una respuesta”.
“ Tenemos que hacer este trato” respondió Anthony.
“¿Tiene su contacto?”
“Ella me dio la tarjeta”.
“Genial. Me pondré en contacto con ella y fijaré un horario para que lo hagamos”.
“¿Puede ser hoy? Insístale, pues tengo que salir de viaje”.
“Está bien, veré qué puedo hacer”.
“¿Qué opina del acuerdo?”
“Tiene que pensar en lo mejor para todos. Si ella viene cuando quiere, les puede quitar la privacidad o puede recoger a Lucy un día el fin de semana”.
“No, no es eso. No voy a dejar a mi hija con ella. Ella misma dijo que no es necesario que Lucy sepa que es su madre para que no tenga que dormir allí”.
“Podemos hacerlo así: acuerda con ella un día a la semana para que venga aquí, para que no venga cuando quiera. Por quince días solo pude salir a caminar con Lucy el fin de semana”.
“Excelente, me agrada ese acuerdo”.
“¿Va a pedir pensión alimenticia?”
“No. No quiero su dinero, Lucy no lo necesita”.
“Bien, dejaré todo preparado para que ella lo firme”.
“De acuerdo”.
“Hijo, pon seguridad para cuando la niña salga con ella” dijo Sabrina.
“Ya lo pensé, mamá.
Amanda se quedó en silencio escuchando. Anthony la abrazó: sabía lo difícil que era para ella escuchar aquello, pero no había otra salida”.
“¿Estás bien?”
“Sí” murmuró la muchacha.
El abogado se fue y Anthony recibió una llamada del investigador, quien le dijo que fuera a su casa. Cuando fueron a la escuela a buscar a Lucy, la niña corrió hacia ellos y abrazó a Amanda.
“Mi princesa, te extrañé” soltó la joven.
“Mamá, volviste”.
“Sí, volví, mi amor”.
“Hija, ¿No te dije que no corrieras?” la regañó Anthony.
“Lo siento, papá. No te enojes conmigo”.
“Entonces no corras más”.
“Tu papá es aburrido” bromeó Amanda. Vámonos a casa.
“Aburrido” dijo la niña entre risas.
“No le digas esas cosas” dijo Anthony.
“Tonto.
Se subieron al auto y regresaron a la casa. Cuando llegaron, el investigador ya estaba esperando a Anthony. Amanda subió con Lucy a la habitación para darle una ducha, mientras que el muchacho fue a la oficina con el investigador detrás”.
“¿Alguna noticia?”
“Sí, nada bueno” respondió Walter.
“Cuéntame”.
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