Alquilando una mamá -
Capítulo 155
Capítulo 155:
Llegaron al bar y los atendieron bien, Cindy pidió unos tragos y bocadillos, disfrutaron de la música y del momento mientras bebían”.
“No puedes beber mucho porque mañana hay más” le dijo Ken a Cindy.
“Podríamos comprar medicina para la resaca ahora” agregó Amanda.
“Disfrutemos la noche” acotó Cindy.
“Cuñada, ¿Qué hay de la boda?” preguntó Ken.
“No hay matrimonio, por desgracia” respondió Amanda.
“¿No lo hablaron?”
“Sí, me dijo que necesita tiempo para pensar”.
“¿Cómo? Ya está perdiendo tiempo que podrían estar juntos”.
“Los dos cometimos errores, es natural que quiera algo de tiempo. Solo espero que en ese tiempo no me olvide”.
“Parece que está loco por ti”.
“No hablemos de eso, amor, no la quiero ver triste, hablemos de cosas buenas, ¿Qué tal si vamos a bailar?” preguntó Cindy.
“Me gusta la idea” dijo Amanda.
“Vayan ustedes, yo me quedo aquí mirando” respondió él.
“Está bien.
Las dos chicas se levantaron y fueron a la pista de baile, la música estaba buenísima y muy animada; bailaban alegres y a gusto, unas mujeres se acercaron bailando, se saludaron y bailaron juntas. Cindy volteó a Amanda y esta volvió a chocar con alguien, casualmente era Talles otra vez, se miraron y se echaron a reír”.
“Tiene que ser una broma” dijo Amanda.
“Te gusta mucho tropezar, ¿Eh?”
“Lo siento, me pasó otra vez”.
“No hay problema, me alegra verte de nuevo”.
“Lo mismo digo”.
“¿Estás sola?”
“No, vinimos con su novio.
“¿El tuyo no quería venir?”
“No, quiero decir el que tengo o tuve… no importa”.
“¿Tú viniste solo?” preguntó Cindy.
“No, vine con unos amigos, estamos en esa mesa de allá”. Talles señaló la mesa”.
“La nuestra es la que está detrás de la tuya, ese es mi novio.
“Ken, ¿No?”
“¿Lo conoces?”
“Sí, nos conocimos en una reunión, estamos haciendo negocios con nuestras empresas”.
“Qué casualidad”.
“Disfruten la noche, chicas, ya nos veremos en otra oportunidad”.
“Qué pena que te vayas” respondió Amanda.
Talles se fue sonriendo y las chicas siguieron bailando, después de bailar dos canciones más volvieron a la mesa riéndose la una de la otra, cuando llegó Amanda se encontró cara a cara con Anthony, que estaba con una mujer a su lado. Saludó a Ken y miró fijo a Amanda.
“Buenas noches” dijo Cindy.
“Ella es Larissa” agregó Ken.
“Encantada de conocerte, soy Cindy.
“Un placer, yo soy Amanda.
“Hola chicas, encantada de conocerlas. ¿Nos quedamos con ellos?”
“Sí” respondió Anthony.
Anthony apartó la mirada y miró a Larissa, se sentaron y Amanda se puso de pie, Cindy tiró de ella y la joven salió de su trance y se sentó nuevamente. Anthony se dirigió a Ken y le habló en voz baja.
“¿Qué diablos hiciste?”
“No te podría decir que estaba aquí porque si no, no hubieses venido. Tampoco me hubiera imaginado que la ibas a traer”.
“Ella insistió, es su cumpleaños y no tuve otra opción”.
“Quería que te quedaras con Amanda, pero veo que ya estás con otra, nunca le pediste tiempo a nadie, hermano.
“No hables de lo que no sabes”.
“Bueno, ya está, disfrutemos la noche.
Miraron hacia la mesa y las chicas ya no estaban allí, solo Larissa. Amanda y Cindy fueron al baño, Amanda se agitó y comenzó a respirar profundamente”.
“Cálmate, respira despacio” dijo Cindy.
“No puedo creer lo que vi. ¿Cómo podré superarlo?”
“Tranquila amiga, que lo disfrute, disfrutemos nosotras también y ya está. Él es el que va a perder si no vuelve contigo, no te asustes, no te preocupes, deja que los dos se vayan y disfruten de la noche”.
“No sé si puedo”.
“Tú puedes, sí, tú puedes, se está comportando como un pendejo y tú no vas a llorar por los rincones, ¿Verdad?”
“No, tienes razón, no puedo ponerme así, tengo que ser fuerte.
“Sí, ¿Dónde está la mujer empoderada?”
“Vamos, ya estoy bien”.
“Recuerda que Talles está ahí” comentó Cindy entre risas.
“Estás loca, no tengo el coraje de estar con él y ni siquiera sé si le gusto”.
“Se le nota en la cara”.
“Bueno, vamos.
Las dos chicas volvieron a la mesa. Amanda estaba más animada porque Cindy solo hablaba de Talles. Pidieron otro trago y tomaron, Amanda no se atrevió a mirar a Anthony en ningún momento. Vio que Talles se estaba acercando y se puso nerviosa. Cindy se dio cuenta y comenzó a reír”.
“Buenas noches” saludó Talles”.
“Hola, qué mundo tan pequeño, ¿No?” respondió Ken.
“La verdad que sí..”. comentó Talles mirando a Amanda.
“Cariño, cuando fuimos al centro comercial, Amanda se lo cruzó; cuando estábamos bailando ella se volvió a tropezar con él y terminamos descubriendo que ustedes ya se conocen” dijo Cindy mientras se reía”.
“Por eso digo que el mundo es pequeño” agregó Ken. Siéntate, amigo; ellos son Anthony y Larissa, él es Talles”.
“Hola” saludó Larissa”.
“Encantado de conocerte. Vine para invitar a la torpe a bailar” dijo Talles”.
“Ten cuidado, que no te pise el pie” comentó Cindy.
“Seguro” dijo Amanda.
“¿Vamos?” preguntó Talles.
Amanda se quedó en silencio sin saber qué decir, Cindy le pellizcó la pierna y se levantó, Talles la tomó de la mano y se dirigieron a la pista de baile. La música era lenta y amena, bailaron juntos abrazados, cuando Amanda miró hacia su mesa vio a Anthony mirándola muy furioso. La chica sintió un cosquilleo en el cuerpo con la mirada de él, Cindy le sonrió y no pudo evitar devolverle la sonrisa. Amanda notó que Larissa le acariciaba el muslo a Anthony, que miró a Talles y se dio vuelta”.
“Para lo torpe que eres, estás bailando muy bien”.
“¿Vas a seguir llamándome así ahora?”
“Es como un apodo cariñoso”.
“Puedo bailar muy bien, ¿Vale?”
“Ya veo, ¿Eso es todo lo que sabes hacer muy bien?”
“Este coqueteo no me gusta, ¿De acuerdo?”
“Tenemos a una torpe, así que será difícil”.
“Un poco”.
“Quién sabe, algún día será fácil”.
“Ni siquiera sabes si nos volveremos a ver”.
“¿Alguna vez has escuchado que la esperanza es lo último que se pierde? Te veré una vez más”.
“Estás demasiado seguro”.
“Eres hermosa y muy amigable también”.
“Gracias, tú también”.
“¿Soy hermoso?”
“Cielos”.
“Estoy bromeando, lamento preguntarte esto pero ¿Tienes algo con ese tipo que acaba de llegar?”
“¿Por qué?”
“Me di cuenta de que te pusiste incómoda”.
“Estaba comprometida con él, rompimos y estábamos tratando de volver a estar juntos, quiero decir, lo estaba intentando”.
“¿Se aman?”
“No sé él, pero yo lo amo”.
“Entiendo, eres una mujer muy hermosa y no mereces sufrir por nadie, no lo digo porque esté enamorado de ti, sino porque él vino con alguien. No me has decepcionado hasta ahora y sé que no lo harás por él, solo trata de estar segura de ti misma y de ver tu valor”.
“Gracias”.
“Ahora vamos a bailar otra canción para que te animes y te quites esta tristeza”.
“Está bien».
Bailaron la segunda canción, Amanda estaba más feliz y confiada, disfrutó el baile y no miró hacia la mesa.
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