Alquilando una mamá
Capítulo 15

Capítulo 15:

Confundida, Amanda se quedó comiendo con Lucy. Muchas cosas le pasaban por la cabeza, pero decidió no prestarles atención. Al terminar los dulces, se pusieron a jugar en el jardín hasta que se acercó Dylan.

“¿Dónde está mi sobrina favorita?”

“Hola, tío”. La niña sonrió de par en par.

“¡Qué hermosa que estás!” exclamó él, haciéndola girar.

“Me vistió mi mamá”.

“¿Tu mamá?” preguntó, desconcertado. Lucy asintió con firmeza y siguió jugando.

“Así me dice” explicó Amanda, un poco sonrojada. Eso pareció causarle cierta gracia a Dylan”.

“Ah, entiendo. ¿Estás disfrutando de la fiesta?”

“Sí, es muy bonita”.

“Cierto. Mis tíos saben cómo celebrar una fiesta”. Se rio.

“¿Vives aquí?” preguntó ella con tono casual.

“Sí. Bueno, aquí cerca. ¿Y tú?”

“De momento vivo en la casa de Anthony. Pero los fines de semana vuelvo a mi casa. No queda muy lejos”.

“¿Cuántos años tienes?” preguntó él sonriendo con curiosidad.

“Veintitrés. ¿Y tú?”

“Veinticinco”.

“No parece”. Ella lo miró sorprendida.

“Siempre me dicen que parezco de dieciocho”. Él se echó a reír. Amanda asintió entre risas, pues había pensado lo mismo. “Menos mal que no asusto a las chicas”.

“Para nada”.

“¿Entonces soy guapo?” preguntó con las cejas levantadas y una enorme sonrisa.

“Sí, y lo sabes”. No pudo evitar reírse de nuevo y sonrojarse un poco. Su actitud bromista le causaba mucha gracia.

“Te dio vergüenza, ¿No? Estás toda roja.

“Cielos. No paras, ¿Eh?”

“¿Qué tal si un día salimos para conocernos mejor?”

“Puede ser” titubeó ella.

“Genial. Quédate con mi tarjeta y guarda mi número. Después hablamos y agendamos algo, ¿Te parece?” Le dio un cartoncito con su información de contacto.

“Está bien”.

“Permiso, ¿Interrumpo algo?” Anthony apareció de repente. Amanda se lo quedó mirando.

“Hola, primo”.

“¿Estás saliendo con muchas mujeres, Dylan?”

“Solo las que me interesan y, por supuesto, las solteras”.

“¿Has oído la frase soltera, pero no disponible?” preguntó Anthony con un dejo de sarcasmo.

“Sí, pero las hago cambiar de opinión”. Se rió el chico.

“Conozco bien tus tácticas”. Lo miró a los ojos, pero Dylan lo ignoró y volteó hacia la joven.

“Amanda, nos vemos por ahí. Recuerda el mensaje”.

“Bueno”. Ella saludó con la mano.

Él le guiñó un ojo y se fue sonriendo. Su jefe se volvió con expresión seria hacia Amanda, por lo que ella se imaginaba que ya iba a venir una queja o una burla de su parte”.

“Para alguien que no estaba interesada, tienes mucho de qué hablar, ¿No?”

“Anthony, creo que ve cosas donde no existen. No confunda simpatía y amistad con atracción e intimidad”.

“Conozco bien a Dylan” advirtió él.

“Pero no me conoce a mí” replicó ella.

“Tu comportamiento ya dice algunas cosas.

“No veo nada de malo en mi comportamiento. ¿Ahora no puedo hablar con nadie?”

“Haz lo que quieras” resopló, frunciendo el ceño, y se fue. Mientras tanto, ella siguió jugando con Lucy.

“Mamá, tengo sueño” dijo la niña luego de un tiempo, acompañado de un repente.

“Entonces vamos a dormir, princesa. Te llevaré a tu habitación. La tomó de la manito y la llevó adentro.

Al subir las escaleras, Amanda vio a su jefe besando a una mujer, así que cubrió los ojos de Lucy de inmediato y siguió de largo para dirigirse al cuarto de la pequeña. Cuando ella le pasó por al lado, Anthony se detuvo y se la quedó mirando, pero la joven no se percató.

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