Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 991
Capítulo 991:
Charli entendía bien la psicología de los ricos. Sabía que detestaban las complicaciones y que probablemente optarían por pagar para resolver los problemas y mantener la paz.
Luis, habiendo visto a través de su fachada, preguntó con una sonrisa: «Entonces, ¿cuál es tu solución?».
«Ya lo he dicho. Sólo una compensación por la ropa. No es una cantidad importante. Cinco millones deberían cubrirlo».
«¡Vaya!» Incluso a Luis, un multimillonario, le sorprendió su atrevimiento y soltó una risita. «No apuntas bajo, ¿verdad?».
«En realidad no es tanto», insistió Charli. Consideraba que la suma era importante para la gente corriente, pero no para alguien como Mitchel.
Para contextualizar, sus ingresos mensuales superaban ligeramente los diez mil, y con las bonificaciones, sus ingresos anuales apenas rozaban los trescientos mil. Acumular cinco millones requeriría más de una década de ahorro de cada céntimo de su salario.
Aunque su salario era modesto, Charli poseía numerosos artículos de diseño, ventajas que acumulaba a través de beneficios secundarios.
En el entorno hospitalario, los pacientes adinerados a menudo subestimaban a las enfermeras, considerándolas más rectas que las azafatas de los clubes nocturnos. Sin embargo, eran ajenos al hecho de que algunas enfermeras aprovechaban estas oportunidades para aumentar sus ingresos por medios menos transparentes.
Para esas personas adineradas, cinco millones era algo trivial, apenas el gasto de una cena elegante o una velada en un club de lujo. Para ellos, pagar esa suma era preferible a arriesgarse a un escándalo o a perder el tiempo en disputas prolongadas.
Al oír las palabras de Charli, el gerente no tardó en intervenir: «La cantidad es razonable. Arreglémoslo así. Me aseguraré de que Charli lo mantenga en secreto desde entonces».
Tanto al gerente como a Charli les pareció satisfactoria esta resolución.
La sospecha de Luis daba en el clavo. El gerente y Charli tenían una relación encubierta y a menudo empleaban tácticas como jugar al poli bueno y al poli malo.
Como el gerente no podía mantener el lujoso estilo de vida de Charli, le había aconsejado que extrajera dinero estratégicamente de los pacientes ricos.
Eran meticulosos a la hora de seleccionar sus objetivos, y solían optar por aquellos que tenían secretos que ocultar, como relaciones extramatrimoniales o asuntos médicos delicados, capturando pruebas incriminatorias, para utilizarlas potencialmente como chantaje cuando fuera necesario.
Sus operaciones eran poco frecuentes, lo que les ayudaba a evitar ser detectados.
En esta ocasión, Charli había tendido la trampa, sabiendo que el encargado estaba de servicio, algo esencial para garantizar una operación sin contratiempos.
Sin embargo, no habían previsto encontrarse con un hueso duro de roer.
«Sí, la verdad es que no es gran cosa», comentó Luis despreocupadamente, de pie, con una mano en el bolsillo, observando la situación.
El gerente estaba a punto de celebrar la aparente aquiescencia de Luis cuando éste añadió: «Probablemente suficiente para ser condenado a unos quince años».
Un tenso silencio envolvió la sala.
Frustrada y sintiéndose burlada, Charli le desafió: «¿Qué quieres decir? ¿Te gusta jugar con la gente?».
Intentando hacer de mediador, el gerente intervino: «Sr. Stevens, por favor, piénselo dos veces. Hará mal a su amigo si esto va a más. He convencido a Charli, a pesar de su angustia, para que se conforme con una suma modesta. Parece que su amigo también prefiere una resolución tranquila».
Consciente de las conexiones de Luis con el director del hospital, el gerente se había mostrado inicialmente receloso. Sin embargo, como Charli ya había tomado cartas en el asunto, se sintió obligado a apoyarla. Si la situación se agravaba, temía que Charli pudiera implicarle. Por ello, estaba decidido a proteger sus intereses, asegurándose de que no hubiera contratiempos.
Su experiencia les decía que los pabellones VIP, al igual que los normales, carecían de cámaras de vigilancia salvo en los pasillos, lo que les daba ventaja en ausencia de pruebas directas o testigos.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar