Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 924
Capítulo 924:
Al observar la mirada codiciosa de Alexis, Héctor no pudo evitar burlarse. «Después de pasar años viviendo con los Dixon, parece que empezaste a hacerte la ilusión de tener derecho a reclamar toda la riqueza de los Dixon como tuya».
Antes de que Alexis pudiera responder, Héctor pronunció el antiguo nombre de Alexis: «Darin Rayne».
Al instante, la multitud estalló en susurros y murmullos.
En el intercambio anterior entre Mitchel y Alexis, la gente no sabía a quién creer. Ahora, la verdad parecía clara. Los dos miembros de la familia Dixon habían identificado a Alexis como «Darin Rayne», lo que sugería que la verdad había salido a la luz.
En ese caso, las acciones de Alexis eran totalmente reprobables. Era como un villano cruel y furtivo. No sólo hizo caso omiso de la amabilidad que Kyler le había mostrado, sino que además tramó desheredar al único nieto para apoderarse él solo de la riqueza de la familia Dixon. Tales acciones eran totalmente crueles.
Henley estaba totalmente confundido, ignorante de todo esto. Antes, Alexis se había limitado a decirle que Mitchel no era su hijo biológico para calmarle, instándole a seguirle la corriente y esperar el momento oportuno.
En aquel momento, Henley estaba encantado, creyendo que, puesto que Mitchel no era más que un hijo adoptivo, era de mayor categoría. Pero ahora, toda su felicidad se ha desvanecido, sintiéndose como si le hubieran rociado con agua helada. No era tonto. Héctor no habría hecho acusaciones tan graves sin fundamento. Tenía que haber pruebas.
Henley no podía creer que sus antecedentes fueran ahora más vergonzosos de lo que había pensado. Para empeorar las cosas, ahora tenía la infame reputación de estar en connivencia con su ingrato padre. Frustrado, se volvió para interrogar a Alexis: «¿Es cierto?».
Alexis bajó la cabeza, culpable, incapaz de mirar a Henley a los ojos.
Henley presionó a Alexis, palabra por palabra: «Dime, ¿es verdad lo que han dicho?».
La cara de Alexis se sonrojó como si le hubieran abofeteado. No se atrevía a responder a la pregunta. Furioso, señaló a Héctor y le espetó: «¡Sólo intentas calumniarme! Es innegable que pertenezco a la familia Dixon».
Alexis trasladó hábilmente la culpa a Héctor, acusándole: «Veo que vas detrás de la fortuna de la familia Dixon y que intentas manchar mi nombre. No creas que no vemos tus intenciones ocultas».
Alexis era bastante astuto y hábil para suscitar conflictos.
¿Qué vástago de una familia rica no albergaba algún oscuro secreto? Y con muchos hermanos, las luchas de poder, tanto abiertas como encubiertas, eran inevitables, sobre todo en lo referente a la fortuna familiar. Estos individuos aparentemente dignos se despojaban de sus fachadas, utilizando cualquier medio necesario para lograr sus fines.
Alexis, seguro de que Héctor no tenía pruebas concretas, se negó a confesar. Además, supuso que había destruido todos los documentos sobre sus antecedentes. Mientras se mantuviera cauto y evitara las pruebas de ADN, nadie podría demostrar que no era miembro de la familia Dixon.
Apretando con fuerza la mano de Henley, Alexis tembló de emoción, diciendo: «Henley, confía en mí, me aseguraré de que te conviertas en el próximo líder de la familia Dixon. Eres parte de esta familia, hijo mío».
El puño de Henley se cerró con fuerza. ¿Cómo es que le habían vuelto a engañar? Una vez más, se encontró hundiéndose de nuevo en el suelo. Se giró y salió furioso del local, ignorando las llamadas desesperadas de Alexis.
Henley había renunciado por completo a Alexis, considerándola totalmente inútil. Su expresión se volvió gélida cuando se calmó y se dio cuenta de la situación.
Desde su conmoción inicial hasta su recién recuperada compostura, sus ojos mostraban claramente que había perdido toda esperanza de que Alexis pudiera proporcionarle lo que deseaba.
Henley comprendió que tendría que depender de sí mismo para seguir adelante. Pero ahora no era el momento adecuado para actuar, ya que la situación claramente no estaba a su favor.
Por mucho que Alexis le llamara, Henley simplemente hizo caso omiso.
Alexis canalizó su ira hacia Mitchel en el escenario.
«¡Monstruo! Por tu culpa mi hijo ya no me escucha. Y ahora, ¡hasta quieres despojarme de mi identidad como Dixon!». gritó Alexis mientras avanzaba furioso hacia Héctor.
Justo cuando Alexis se precipitaba hacia delante, tropezó con las escaleras y se arrodilló ante Héctor y Mitchel, con un aspecto bastante lastimero.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar