Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 835
Capítulo 835:
Mitchel ordenó con frialdad: «Haz el anuncio».
Matteo hizo una pausa, desconcertado. «¿Hacer el anuncio?».
«Sí, para el 20 de septiembre».
«Bueno…» Matteo vaciló, a punto de hablar, pero una aguda mirada de Mitchel le hizo cambiar rápidamente de respuesta. «De acuerdo».
«Aumenta la cobertura. Involucra a los medios locales e internacionales. Tenemos que mantener esto en tendencia hasta entonces».
Matteo no estaba seguro de lo que Mitchel planeaba y no se atrevió a preguntar.
Se limitó a asentir. «De acuerdo».
Una vez que Mitchel se hubo marchado, Matteo observó la habitación desordenada y suspiró suavemente. Luego hizo que alguien limpiara el desorden.
Raegan se había mantenido ocupada para distraerse de sus sentimientos.
Sin embargo, durante un descanso, sus dedos se dirigieron automáticamente al sitio web oficial del Grupo Dixon.
El último anuncio se había publicado a las dos y diez de la tarde.
En él aparecían los nombres del hombre al que una vez amó profundamente y de la mujer a la que despreciaba. El 20 de septiembre era la fecha fijada para su boda.
El anuncio golpeó a Raegan como una daga en el corazón. El atrevido y extravagante comunicado oficial declaraba lo que los medios de comunicación celebraban como una historia de amor.
Sin embargo, a pesar de haber estado casada con Mitchel durante los últimos años, Raegan había permanecido invisible y desconocida. Su corazón pareció detenerse, su respiración se hizo pesada.
El acontecimiento iba a producirse en menos de dos semanas. Se acercaba tan rápido que Raegan no lo había visto venir. ¿Sería cierto, como afirmaban los medios de comunicación, que el hijo de Katie tenía prisa por llegar? Pero entonces, el hijo de Katie… Se había demostrado que no era de Mitchel, ¿no?
Por lo que Raegan sabía, Mitchel no era de los que criaban al hijo de otra persona. No se atrevió a considerar la única posibilidad que quedaba. ¿Podría ser realmente suyo el hijo de Katie?
Este pensamiento la atormentaba aún más. La idea de que Mitchel se besara con ella mientras estaba con otra mujer le producía náuseas.
Apresuradamente, Raegan cogió su remedio herbal para evitar las ganas de vomitar.
Raegan se calmó un momento e intentó cerrar la página web. Creía que sus acciones de los últimos días habían demostrado que lo había superado. Sin embargo, le temblaban los dedos. Intentó apagar el portátil tres veces sin éxito. Frustrada, cerró el portátil de golpe.
La oficina estaba vacía y Elin estaba a punto de marcharse. Elin preguntó con cautela: «Raegan, ¿te vas a casa? Puedo llevarte».
Mientras Elin hablaba, sonó su teléfono, pero lo ignoró.
Raegan sacudió la cabeza y contestó: «No te preocupes por mí. Vuelve a tu trabajo. Mi chófer está esperando abajo».
Una vez en casa, Raegan se acomodó en un baño. El agua caliente no pudo aliviar el escalofrío de su corazón.
Durante los días siguientes, aun sin prestar atención a Mitchel y Katie, Raegan siguió encontrando noticias sobre ellos.
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