Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 695
Capítulo 695:
La mano de Mitchel se detuvo en el cinturón de seguridad cuando su teléfono interrumpió el momento. Luis estaba al otro lado.
Anticipándose a una llamada casual, Mitchel lo descartó, sólo para ver el nombre de Luis parpadear de nuevo. «¿Sí?», contestó al segundo timbrazo.
El tono grave de Luis se encontró con Mitchel. «Han llegado los resultados del laboratorio».
Mitchel frunció el ceño. «¿Qué resultados?», sondeó.
«El análisis de sangre que mi contacto en el extranjero te hizo mientras estabas inconsciente el otro día», explicó Luis.
Pasó un momento. «¿Y?» insistió Mitchel.
Con gran seriedad, Luis reveló: «Te administraron un virus conocido como “Mutant”. Lo sacó de contrabando y lo vendió alguien del sector de bioinvestigación de Swynborough. Sólo existen dos pares en todo el mundo, y no hay antídoto».
Mitchel soltó un fuerte suspiro al procesar la información.
«¿Dices que sólo hay dos pares y a mí me inyectaron uno?».
La sorpresa de Luis ante la reacción sensata de Mitchel fue palpable.
Aunque el pánico habría sido lo normal, Mitchel fue lo bastante astuto como para captar una parte vital de la conversación.
«Sí, “Mutante” se da de dos en dos», dijo Luis.
Luis continuó aclarando que los creadores de «Mutant» habían descubierto que una sola dosis era benigna. Sólo con una segunda inyección comenzaría el verdadero problema, desencadenando la mutación.
Mitchel digirió esto con un parpadeo de alivio. «¿Así que la única inyección de Lauren no me ha puesto en peligro inmediato?».
«Así es».
Mitchel contempló esta revelación en silencio, con la mente acelerada.
Tras una pausa, Luis advirtió a Mitchel que se mantuviera alerta. Por el momento, Lauren estaba fuera de juego y su destino estaba previsto para dentro de unos días.
Mitchel indagó entonces en la cuestión más acuciante. «¿Cómo consiguió Lauren acceder a semejante virus?».
Algo así estaba fuera del alcance de los laboratorios fortificados de Swynborough y, desde luego, de la familia Murray.
Luis admitió su investigación en curso, pero reveló que un par de «mutantes» estaban con los Maxwell en Aurora.
La mención del linaje Maxwell trajo una sombra más oscura a la expresión de Mitchel. Sus siguientes palabras fueron agitadas. «Si la segunda inyección me encuentra, ¿cuál es mi línea temporal?».
Había reticencia en la voz de Luis, un impulso hacia la autopreservación de Mitchel, pero éste se mostró inflexible. «Toda la verdad. Tengo que saberlo», insistió con gravedad.
La voz de Luis tenía una nota suave pero grave. «Tres meses».
Las palabras quedaron suspendidas en el aire mientras Mitchel las repetía, buscando confirmación.
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