Capítulo 647:

Tras mucho deliberar, la resolución de Raegan flaqueó y ya no pudo soportar la visión de Mitchel solo fuera. Envolviéndose en un abrigo, salió al aire fresco de la noche.

La expresión de Mitchel cambió en cuanto la vio. Sus ojos se llenaron de una intensa mezcla de esperanza y miedo mientras acortaba rápidamente la distancia que los separaba y tiraba de ella para abrazarla.

«Raegan… Créeme. Yo no lo hice, te lo juro…» Su voz, normalmente tan firme, temblaba ahora de desesperación.

Conmovida pero vacilante, Raegan le instó suavemente: «Mitchel, deberías irte a casa».

Al oír sus palabras, Mitchel se puso visiblemente tenso, con los ojos llenos de una mezcla de dolor e incredulidad. «Raegan, sigues sin creerme, ¿verdad?», preguntó, con la voz quebrada.

Los sentimientos de Raegan eran confusos. «No sé…»

Con un rápido movimiento, impulsado por una repentina determinación, Mitchel cogió suave pero firmemente la mano de Raegan, conduciéndola hacia su coche.

Raegan, sorprendida, protestó: «Mitchel, ¿qué haces?».

Mitchel la miró con una determinación a la vez inquietante y convincente. «¡Probarme a mí mismo!»

Mitchel llevó a Raegan a un club, dejando a Raegan ligeramente desconcertada.

La colocó frente a un panel de cristal y le dio unos auriculares, diciéndole: «Mira esto».

Una vez dentro, Mitchel pulsó el mando a distancia y, de repente, en la pantalla empezó a reproducirse porno en 4D.

Las escenas coquetas y los sonidos sugerentes parecían suceder ante los ojos de Raegan. Estaba tan conmocionada que se tapó la boca.

Sin embargo, Mitchel observaba atentamente, con expresión inmutable.

Raegan empezó a comprender lo que intentaba mostrarle.

El porno duró cuarenta y cinco minutos, llenos de esos ruidos incómodamente íntimos que la envolvían todo el tiempo. Al final, Raegan no pudo soportarlo más y se quitó los auriculares.

Cuando terminó, Mitchel apagó la pantalla, se acercó a ella y le preguntó: «¿Lo has pillado?».

Las mejillas de Raegan enrojecieron. La situación era completamente ridícula.

Mitchel le mostró entonces un informe en su teléfono de un conocido hospital. «Después de que te fueras, perdí el interés por las mujeres durante cinco años enteros. Mi madre se preocupó tanto que me llevó al hospital para que me hicieran un chequeo, y nos dieron este informe.»

El informe médico sugería que Mitchel había perdido su deseo sexual debido a un trauma psicológico.

Luciana se quedó atónita cuando recibió el informe.

Ésa era la razón por la que Mitchel insistía en que no podía ser el padre del hijo de Katie. Conocía demasiado bien su propio cuerpo.

Durante años, ninguna mujer, aparte de Raegan, había captado el interés de Mitchel. Sin embargo, en cuanto puso los ojos en Raegan tras su regreso, sintió una atracción innegable y se excitó cuando intimaron.

Mitchel miró profundamente a los ojos de Raegan, con voz áspera. «Aparte de ti, nadie puede excitarme».

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