Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 295
Capítulo 295:
«¿Qué acabas de coger?». Su mirada era depredadora.
Justo cuando Nicole iba a hablar, Jarrod le arrebató el frasco de medicina de la mano. Luego le quitó a la fuerza las pastillas de la boca.
Antes de que ella pudiera responder, Jarrod se dio la vuelta y se alejó. Momentos después, Nicole oyó el inconfundible sonido de la cisterna del inodoro.
Acababa de tirar todas las pastillas.
La cara de Nicole se quedó sin color.
Intentó detenerlo, pero las piernas se le doblaban y el dolor se apoderaba de su cuerpo a cada paso.
Se sentía totalmente aplastada, con el cuerpo atormentado.
Cuando Jarrod regresó, dijo desdeñosamente: «No aceptes más esta basura».
La frustración de Nicole hervía. Eran analgésicos especiales, recetados por su médico, vitales para controlar su dolor.
¿Cómo podía Jarrod tirarlos así?
Quería arremeter contra él, pero su debilidad la limitaba a miradas de odio.
«Jarrod, ¿tanto quieres que me muera?».
Jarrod, imponente, se agachó y advirtió: «Deja de hablar de la muerte.
No más anticonceptivos».
¿Conceptivos? Nicole se quedó boquiabierta. ¿Creía que tomaba anticonceptivos? No los necesitaba porque su estado le impedía quedarse embarazada.
Con una risa amarga, reveló: «Jarrod, no eran píldoras anticonceptivas. Eran píldoras para la quimio. Tengo cáncer de estómago.
Me estoy muriendo…»
La medicina que le había salvado la vida se había ido por el retrete, como si su única esperanza de vida se la hubiera llevado Jarrod.
Bajo el insoportable dolor, Nicole decidió dejar de mentir y decirle la verdad a Jarrod.
Pero su expresión permaneció inmutable, incluso impaciente.
«De todos modos, no permitiré que te lleves ninguno de éstos», afirmó Jarrod rotundamente, pensando a todas luces que ella mentía.
Nicole soltó una carcajada. «Entonces, ¿aún quieres que me quede embarazada de tu hijo?».
Jarrod respondió con indiferencia: «No me importa que algún día estés embarazada».
Para él, un hijo parecía la forma más segura de atar a Nicole a él.
Jarrod había pensado en ello. Dado el carácter decidido de Nicole, si su padre se recuperaba o tenía alguna complicación durante la operación, podría desaparecer sin dejar rastro.
Después de pensarlo detenidamente, llegó a la conclusión de que lo mejor era asegurar su embarazo.
«Ja, ja, ja… ¿Quieres que dé a luz a tu hijo fuera del matrimonio?». Nicole sonrió con amargura.
El ceño de Jarrod se frunció ante su tono desdeñoso. «No es fuera del matrimonio. Es nuestro hijo».
Luego sugirió: «Puedes criar a nuestros hijos y verlos crecer».
Nicole fue incapaz de controlar su expresión porque el dolor la había dejado sin fuerzas.
«¿Estás diciendo que quieres que sea tu amante secreta para siempre?
¿Qué tan bajo puedes caer, Jarrod?».
La mirada de Jarrod se ensombreció. «¿Preferirías que no me casara con Jamie?».
La risa de Nicole sonó de repente.
«¿Estás seguro de que harás todo lo que te pida?».
El rostro de Nicole, desnudo y sin maquillaje, irradiaba encanto. Su sonrisa brillaba como flores en plena floración.
La mirada de Jarrod se intensificó mientras respondía fríamente: «Lo consideraré».
Por un breve instante, contempló la posibilidad de ofrecerse a cancelar el compromiso con Jamie si Nicole accedía a tener un hijo con él.
Sin embargo, su orgullo le impidio revelar sus verdaderos deseos, llevandolo a este compromiso.
Tal vez, si Nicole dejaba de resistirse a él, podría despojarse de su duro exterior y abrirle su corazón.
«Y si te pidiera que acabaras con tu propia vida, ¿lo harías? ¿Irías voluntariamente al infierno?»
El tono serio de Nicole subrayaba la gravedad de sus preguntas.
Los ojos de Jarrod se oscurecieron y su apuesto rostro se cubrió de frialdad.
«¿De verdad me desprecias tanto?».
«Sí, no te soporto».
El dolor en el estómago de Nicole era intenso, llevándola a terminar la conversación rápidamente.
«Jarrod, tal vez Jamie y tú deberíais viajar juntos al infierno. Puede que allí encontréis compañía en la otra vida».
Este comentario encendio la furia de Jarrod. Se inclinó bruscamente hacia delante, agarrando con fuerza la barbilla de Nicole. «¿Qué te hace pensar que puedes hablarme con ese tono vicioso?».
¿Vicioso? A Nicole, su acusación le pareció casi risible. Howe ordenó a esas dos mujeres que la atacaran en el centro de detención. Luego, incluso la encerró en la villa para intimidarla. Todo esto debe tener algo que ver con Jamie. Jarrod debe haber apoyado a Jamie todo el tiempo.
En sus ojos, eran Jamie y Jarrod quienes merecían enfrentar la condenación, no ella.
No podia importarle menos como la viera Jarrod. Su opinión sobre ella, tanto si la consideraba cruel como si no, no tenía ningún peso en su corazón.
En los últimos días, Jarrod había lanzado numerosas acusaciones contra ella.
A ella realmente no le importaba en absoluto.
«Parece que soy el villano de tu historia, ¿verdad? ¿No te has acostumbrado?»
Cuando Jarrod volvió del extranjero, se reforzó la creencia de Nicole de que la amabilidad era una debilidad.
Para ella, sólo abría la puerta al maltrato por parte de los inescrupulosos.
Sus recuerdos de Jarrod se vieron empañados por sus insultos y faltas de respeto hacia ella y su familia. La caída del Grupo Lawrence, la hospitalización de su padre y todas las calamidades parecían estar relacionadas con Jarrod o Jamie.
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