Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 285
Capítulo 285:
Jarrod alargó la mano, le acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja y dijo vagamente: «Yo también quiero saberlo».
La sonrisa de Nicole se congeló. Sus labios temblaron como si quisiera decir algo.
Pero se dio cuenta de que no tenía palabras.
Por el contrario, Jarrod sonreía. Estaba de buen humor.
Pero cuando tocó sin querer el anillo de su meñique, su expresión cambió.
La última vez en el centro de detención, esas dos mujeres pisotearon el dorso de las manos de Nicole. Se había roto el hueso del meñique. Ya se había curado, pero la cicatriz seguía siendo evidente. Nicole temía que sus padres se preocuparan al verla, así que se la cubrió con un anillo.
Al cabo de un rato, Jarrod susurró: «Confía en mí. Hice una promesa y no la romperé».
Su intención era buscar justicia para Nicole. Pero su promesa le puso la piel de gallina.
Las manos sobre su regazo se apretaron ligeramente. Ella esquivó su jugueteo y dijo en un tono algo sarcástico: «Señor Schultz, no estoy segura de seguir viva para cuando usted se ocupe de su futuro cuñado…».
Antes de que pudiera terminar sus palabras, Jarrod se inclinó y le besó los labios.
Pero sus fríos labios no profundizaron. Sólo la besó ligeramente.
Luego, la miró y le preguntó con una sonrisa: «¿Estás celosa?».
Nicole estaba demasiado sorprendida para decir una palabra.
Realmente quería romperle la cabeza a Jarrod con un martillo para ver qué demonios tenía en el cerebro.
¿Cómo podía tomar su sarcasmo como celos? La estaba volviendo loca.
Nicole se limpió los labios con fuerza. Era como si quisiera arrancarse la piel de la parte que había tocado.
El atractivo rostro de Jarrod se ensombreció de inmediato.
Le cogió la mano, se la apretó contra el pecho y se inclinó hacia ella.
Esta vez, su beso fue un poco despiadado.
Su lengua le abrió la boca y los dientes. Le dio un fuerte beso francés.
No le soltó los labios hasta que ella gimió de dolor.
La fuerza de Nicole no era rival para un hombre poderoso como Jarrod.
Su lucha no era nada para él.
Su beso era cada vez más agresivo, y su creciente deseo parecía darle una señal peligrosa. Ella ya sabía lo que ocurriría a continuación.
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