Capítulo 1674:

«Entendido», respondió el guardaespaldas.

Estaba claro que alguien había dejado al animal muerto como advertencia para Nicole. La inocente criatura había sido trágicamente víctima de una crueldad sin sentido, y las acciones del autor eran realmente despreciables.

Al enterarse del incidente, Jarrod no tardó en llegar a la residencia de Nicole. Su semblante era solemne, sus palabras directas. «Prepárense para trasladarse. Vas a volver a la villa».

No era una petición. Era una orden. El vecindario exudaba una inconfundible sensación de peligro. La presencia de un mensaje amenazador dejado en la puerta de Nicole sugería que la mera intimidación no era la intención. Parecía que el individuo pretendía demostrar la ineficacia de los guardaespaldas y transmitir que un robo era inevitable.

Sumida en sus pensamientos, Nicole permaneció en silencio. Con decisión, Jarrod le cogió la mano y le dijo con firmeza: «Vuelve a la villa. Austin te está esperando». Nicole se encontró sin la opción de negarse; su actual hogar ya no era seguro.

Nicole recogio sus pertenencias y regreso a la villa de Jarrod. Jarrod también organizó el apoyo a su negocio, permitiéndole gestionar los asuntos desde la villa. La villa acogió las visitas prenatales de Nicole, con médicos que acudían a ella.

Protegida por las estrictas medidas de seguridad de Jarrod, Nicole encontró la tranquilidad en la villa. Su salud mejoró notablemente y resplandecía de vitalidad. Poco después llegó el equipo que Jarrod había encargado, y trajo a Dora a la villa, enriqueciendo el sistema de apoyo de Nicole. Dora, aunque silenciosa y serena, llenaba de calma a Nicole. Con su familia cerca, las ansiedades de Nicole empezaron a disolverse.

Ethel mantuvo a Nicole informada de las investigaciones sobre Jamie y Brett, pero lamentablemente no hubo novedades. El autor seguía siendo escurridizo. Las dudas se apoderaron de las mentes de los encargados de los perfiles en la comisaría, cuestionando sus propias evaluaciones y ponderando si el perpetrador había cesado sus actividades delictivas.

Nicole reconoció la inutilidad de las prisas. Su prioridad era que su hijo naciera sano y salvo. Perseguir el caso sin resolver de su padre en su estado sólo complicaría las cosas. Se aferró a su confianza en que la policía acabaría resolviendo el caso.

Con el paso de los meses, en diciembre Nicole se encontraba en el último trimestre de su embarazo, y la fecha del parto se acercaba a enero. A pesar de su avanzado estado de gestación, seguía siendo ágil. En el aniversario del fallecimiento de su padre, Nicole sintió un fuerte impulso de salir. Jarrod ajustó sus planes para estar con ella durante todo el día.

Al principio, Nicole y Jarrod optaron por no incluir a Austin y Dora en sus planes debido a los riesgos potenciales y al estado de Dora. Dora se las arreglaba bien aparte de sus problemas de memoria y su incapacidad para hablar. Nicole veía el estado de Dora como una misericordia, temiendo que la plena consciencia pudiera llevar a Dora a desesperarse por la pérdida de Wesson, potencialmente tras la muerte de éste. Por lo tanto, prefirió mantener a Dora un tanto protegida de la realidad.

Ese día, sin embargo, Dora parecía inusualmente inquieta. Cuando Nicole se disponía a marcharse, Dora exigió acompañarla, mostrando una inusitada emoción. Nicole aceptó a regañadientes.

En el cementerio, colocaron flores y ofrendas junto a la tumba de Wesson. Jarrod presentó sus respetos en silencio. Nicole, tocando la fotografía de la lápida, susurró: «Papá, prometo encontrar al asesino. Se hará justicia. No te preocupes por mamá. Está en buenas manos y se encuentra bien».

En un momento conmovedor, Dora extendió la mano, acariciando la fotografía de Wesson, y derramó una lágrima. Nicole abrazó a Dora, llorando mientras Dora le ofrecía un consuelo incómodo pero sincero.

Tras la ceremonia, regresaron al coche. Durante el trayecto, Dora volvió a agitarse. Nicole, ahora atenta a las necesidades de su madre, se dio cuenta de que Dora necesitaba ir al baño.

«Jarrod, ¿hay un baño cerca?» preguntó Nicole. Después de consultar el GPS, Jarrod les dirigió a un centro comercial cercano, optando por la seguridad de un lugar tan concurrido. Junto con sus guardaespaldas, Jarrod y Nicole acompañaron a su madre al baño.

Jarrod les acompañó hasta la entrada del baño, lo que provocó que Nicole comentara: «No tienes que ponerte tan nerviosa. La gente se queda mirando».

Jarrod, imperturbable y severo, se limitó a decir: «Tu seguridad es primordial».

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