Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1642
Capítulo 1642:
Nicole lo miró, preguntándose si este seguía siendo el Jarrod que ella conocía. Este cambio inesperado era muy extraño. Parecía menos distante y más accesible, casi como una persona completamente distinta.
Nicole no iba a dar rienda suelta a sus emociones. Le dijo: «Sí, soy amable, pero elijo con quién serlo».
El mensaje era claro.
Jarrod se quedó callado. Al cabo de un momento, dijo: «Quiero comerme ese pescado».
Nicole dudó, pero decidió complacerle. Como aún se estaba recuperando, seleccionó un trozo sin espinas del vientre del pescado y se lo dio junto con el congee.
Esto era una rutina para Jarrod. Siempre ofrecía a Nicole el primer trozo de ventresca.
Después de comerse la panceta, Jarrod dijo: «Estoy lleno».
Nicole respondió: «Deberías comer más para recuperarte antes». Así Conor no tendría que fingir que le duele el estómago». Ella había visto a través del acto de Conor.
Jarrod no discutió. Miró las espinas de pescado y dijo: «Nicole, me arrepiento. Ojalá no hubiera sido tan duro contigo antes».
Nicole permaneció en silencio.
Jarrod la observó atentamente. Tal vez porque la idea de otro hijo entre ellos le hizo pensar más profundamente. ¿Cómo habían llegado las cosas a esto?
Mitchel había señalado una vez que Jarrod era demasiado extremista en sus formas, su amor y su odio abrumadores.
Mitchel había cometido errores similares antes, pero los había reconocido a tiempo para enmendarlos, lo que le había llevado a su felicidad actual.
Felicidad… Jarrod se atrevía a soñar con eso. Se limitó a rezar para que Nicole tuviera un parto seguro. Estaba decidido a hacer las cosas bien.
Mientras Nicole le ofrecía otra cucharada de sopa de arroz, dijo: «No nos detengamos en el pasado. Estoy contento con nuestra dinámica actual, ni demasiado cerca ni demasiado lejos, dándonos espacio a los dos».
Nicole prefirió no dar más detalles. Después de todo, con dos hijos que pronto formarían parte de sus vidas, una relación tensa no sería beneficiosa para el desarrollo mental y emocional de sus hijos.
Además, a Austin había empezado a gustarle Jarrod, señal de que éste había invertido verdaderos esfuerzos en su relación. Ganarse el afecto de Austin no era un logro trivial.
Aunque Jarrod no había ocupado por completo el lugar de Roscoe en el corazón de Austin, seguía siendo un gran paso adelante. Esto le recordó a Nicole algo sobre Roscoe. «Le pedí a Roscoe que analizara esas pastillas que él y yo tomamos. Estoy considerando probarlas con Austin».
Jarrod frunció el ceño y dijo: «¿Son adecuadas para Austin?».
Jarrod estaba familiarizado con los efectos de las pastillas. El informe médico de Nicole era la prueba más contundente. Ni siquiera los expertos con los que había hablado podían entender su repentina mejoría.
Aunque Nicole se había recuperado, la decisión de usar esas píldoras con Austin requería una cuidadosa reflexión.
«Roscoe comprobó los ingredientes por mí. Es seguro. La condición de Austin es bastante única. Si nos retrasamos, podría ser más arriesgado. Incluso si las píldoras sólo ofrecen un alivio temporal, creo que vale la pena intentarlo».
Hacía tiempo que Nicole no tomaba esas pastillas. Hasta el momento, ningún efecto secundario negativo sugería sus posibles beneficios.
Aunque Nicole tenía sus reservas, no podía ignorar las afirmaciones de aquellas brujas de que prolongaban considerablemente la vida, aunque no llegaran a prometer la inmortalidad.
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