Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1591
Capítulo 1591:
Recuperando la compostura, Nicole se negó rápidamente. «No, gracias. No prepararé un expediente por ahora».
El médico, comprensivo pero firme, le aconsejó: «Los controles prenatales regulares son vitales para garantizar la salud del bebé.»
Nicole nunca había imaginado la posibilidad de otro hijo en su vida y se sintió abrumada por la noticia. «Lo entiendo», murmuró.
Se levantó para marcharse y el médico le recordó amablemente: «Hable de esto con su marido. Aunque no visite nuestro hospital, busque uno cercano para no perderse ninguna revisión».
Al salir, todavía conmocionada, Nicole se detuvo en la puerta y se volvió para preguntar: «Señor, ¿es posible interrumpir el embarazo?».
El médico, desconcertado, preguntó: «¿Tiene otros hijos?».
«Tengo uno», respondió Nicole.
Sorprendido, el médico dijo: «Este es solo el segundo. ¿Por qué se plantea no tenerlo?».
Al observar a Nicole, que parecía muy capaz de mantener a un hijo, el médico normalmente se abstenía de influir en las decisiones vitales a menos que el paciente ya estuviera esperando un hijo. Antes de hablar de la posibilidad de interrumpir el embarazo, debía conocer las circunstancias de la persona.
La expresión de Nicole reflejaba su confusión. «Ahora mismo no estoy preparada para tener otro hijo».
Al ver su determinación, el médico comentó: «Si está segura, considere la posibilidad de un aborto médico pronto, antes del día 10 del mes que viene. A partir de ese momento, necesitarás un aborto inducido, que puede ser más duro para tu cuerpo». Con un suave suspiro, el médico añadió: «Usted es bastante llamativa, y su hijo seguramente también lo sería. Por favor, tómese su tiempo para pensar detenidamente esta decisión».
Nicole asintió agradecida. «Gracias. Lo pensaré».
Tras salir de la consulta, Nicole se dejó caer en un banco cercano, abrumada por la ironía de su situación, embarazada de nuevo del hijo de Jarrod. Sentía como si el destino conspirara contra su felicidad.
Estaba sumida en sus pensamientos cuando una voz familiar la sobresaltó. «¿Nicole?»
Al levantar la vista, Nicole vio que Roscoe se acercaba.
«¿Qué haces aquí? ¿Te encuentras bien?» preguntó Roscoe, dándose cuenta de su angustia.
Nicole tanteó con los resultados de sus pruebas, ocultándolos detrás de su espalda. «Sólo algunos problemas estomacales».
«¿Te lo has hecho mirar?» preguntó Roscoe, preocupado. «¿Quieres que te revise los resultados?».
«No hace falta», respondió Nicole, guardando rápidamente los informes en su bolso. «No es nada grave. No te preocupes».
No quería aumentar la carga de Roscoe, que estaba empezando a estabilizar su vida. Disimulando su preocupación con una sonrisa, cambió de tema. «¿Tienes los resultados de esa píldora?».
«Sí», respondió Roscoe. «Es una hierba rara y valiosa que es eficaz para la recuperación. Pero para Austin, sólo debe usarse después de su cirugía de trasplante para beneficiarse plenamente de ella.»
Nicole sintió una punzada de decepción. Esperaba una solución más inmediata. Sin embargo, no podía subestimar la importancia de la píldora. Era crucial para la supervivencia de su hijo nonato.
Nicole recordó la información de Jarrod sobre la búsqueda de un donante extranjero con una enfermedad terminal, lo que significaba que el tiempo era limitado. La operación de Austin era inminente, un hecho que le produjo una ligera sensación de alivio al conocer los esfuerzos de Jarrod por conseguir un donante para Austin.
Por ahora, la principal preocupación de Nicole era mantener una presencia en la vida de Austin, no necesariamente recuperar la custodia completa. Austin era delicado, y su repentina ausencia podría dañar su psique. Ella y Jarrod habían soportado mucho sufrimiento, y deseaba proteger a Austin de un dolor similar.
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