Capítulo 1511:

La bruja vestida de rojo cayó de rodillas con un ruido sordo.

«Jefe, la familia Watts me encargó traerlo aquí para su recuperación. Exigen su seguridad hasta finales del mes que viene. Sin embargo, los parásitos le están afectando rápidamente, así que actué por mi cuenta para traerlo aquí para su tratamiento. Acepto cualquier castigo».

El jefe guardó silencio un momento y luego suspiró. «No importa. Actuaste en beneficio del valle. Ya que asumimos esta responsabilidad, asegúrate de que se complete. Que se quede».

«Gracias por tu misericordia», dijo la bruja vestida de rojo, haciendo una profunda reverencia.

Cuando el jefe se marchó, la bruja vestida de rojo se acercó a Nicole, le agarró la barbilla, le metió una píldora en la boca y le presionó el estómago para que se la tragara.

Nicole sintió que la píldora bajaba por su garganta, extendiendo un suave calor en su estómago.

A pesar del ligero alivio, Nicole mantuvo los ojos firmemente cerrados y siguió fingiendo inconsciencia, preocupada por si la bruja detectaba algún signo de que estaba consciente.

Por suerte, tras darle la píldora, la bruja vestida de rojo salió sin más demora.

Cuando Nicole estuvo segura de que estaba sola, abrió los ojos con cautela y miró a su alrededor. Para su asombro, parecía que la bruja vestida de rojo no había asignado a nadie para vigilarla, dándole la oportunidad de escapar.

La habitación era una choza, húmeda y con olor a moho. Nicole intentó moverse, buscando cualquier cosa que pudiera ayudarla a cortar las cuerdas que la ataban.

De repente, oyó un suave silbido. Al girar la cabeza, sus ojos se abrieron de par en par por el miedo, y su corazón latió con fuerza mientras el terror se apoderaba de ella.

Los ojos de Nicole se abrieron de par en par, aterrorizada, al ver una larga y esbelta serpiente de color carmesí. Su mirada penetrante, casi humana en su intensidad, se clavó en Nicole con una inteligencia siniestra. Preparada para atacar, la serpiente mostró sus colmillos venenosos en un gesto amenazador.

Con rápidos reflejos, Nicole retrocedió hacia su posición inicial. Para su alivio, la serpiente se relajó, bajó la cabeza y abandonó su postura agresiva.

Pronto quedó claro que esta extraordinaria serpiente era algo más que un animal. Actuaba como guardiana de su amo invisible.

Esta comprensión explicaba por qué la bruja vestida de rojo había dejado sola a Nicole, sabiendo que su centinela estaba vigilante.

Tumbada e inmóvil, Nicole se concentró en conservar su energía mientras su mente se apresuraba a idear un plan.

La misteriosa píldora que la bruja le había dado a Nicole la había vigorizado sorprendentemente, sobre todo en el abdomen. Nicole, que se había sometido a una importante intervención quirúrgica en el estómago, solía ser sensible a cualquier sensación de frío o calor. Sin embargo, esta píldora emanaba un calor reconfortante que la aliviaba interiormente.

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