Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1380
Capítulo 1380:
Vicki tenía talento para disfrazarse y engañar al público con su fachada de inocencia. Sin embargo, en el fondo, albergaba un corazón de crueldad sin paliativos. Nadie rivalizaba con ella en crueldad. A Jarrod le convendría casarse con cualquiera menos con Vicki.
La aprensión de Nicole se hizo más profunda, y su decisión de entrar en la villa de Jarrod para ver cómo estaba Austin se hizo más fuerte. Dada la imposibilidad de obtener la aprobación de Jarrod para su entrada, resolvió explorar vías alternativas.
Dirigiéndose a Alec, Nicole expresó su preocupación: «Alec, hay motivos para preocuparse por la señorita Hampton. Te imploro que dediques más atención a Austin. Después de todo, también es hijo de Jarrod».
Esto sirvió de recordatorio para Alec, que poseía inteligencia y no caería fácilmente en el engaño. Aunque Vicki destacaba en el arte del engaño, su fachada estaba destinada a desmoronarse con el tiempo.
Tras la conclusión de la llamada telefónica, Nicole sopesó enfoques alternativos, pero la formidable seguridad de la mansión planteaba obstáculos insalvables. Escalar los muros o navegar por el patio trasero resultaron esfuerzos inútiles.
Por ello, Nicole recurrió a una táctica rudimentaria y poco elegante: la vocalización. Situada junto a la puerta de la mansión, llamó a la niñera, segura de que el personal de la casa reconocería su voz. Su único objetivo era afirmar su presencia y sus intenciones.
Nicole se abstuvo deliberadamente de pronunciar el nombre de Austin, pues temía inquietarle.
Dada la naturaleza única de Austin, Nicole trató todos los aspectos relacionados con él con la máxima cautela.
Nicole gritó: «Kamilah, Kamilah, ¿estás ahí?».
Tras varias repeticiones, el personal de seguridad intervino, instándola a desistir. «Señora, está prohibido gritar en esta zona residencial. Si persiste, me veré obligado a pedirle que se marche».
El comportamiento de los guardias de seguridad pasó de cortés a aprensivo, no por temor a molestar, sino por miedo a ofender.
Para ellos, la conducta de Nicole sugería que no estaba familiarizada con Jarrod. En los lugares donde se relacionaba, se abstendría de tal clamor, y Jarrod probablemente le habría dado instrucciones para su entrada.
Sin inmutarse por los intentos del guardia de ahuyentarla, Nicole afirmó: «Mi propósito es reunirme hoy con Kamilah. Si prefiere no soportar mis llamadas, tenga la amabilidad de cerciorarse de la presencia de Kamilah dentro. Es todo lo que pido».
Con firmeza, el guardia respondió: «Señora, no puedo ayudar en esos asuntos. Entrar en la mansión para localizar a alguien está fuera de nuestro alcance. Sus acciones son insostenibles. Si persiste en causar disturbios, será necesario el desalojo inmediato».
Nicole, cogiendo su teléfono, replicó: «Kamilah y yo hemos perdido el contacto, lo que aviva mi preocupación. Si no se reconecta hoy, la policía se verá obligada a intervenir. ¿Desea evitar tales consecuencias? Una simple confirmación de la presencia de Kamilah puede evitar cualquier confusión. Me comprometo a partir rápidamente al oír su voz durante la llamada, sin interrumpir a nadie. ¿De acuerdo?»
Nicole propuso un compromiso, incitando a los guardias a sopesar las opciones. En efecto, encargar al mayordomo que confirmara una identidad en el interior no suponía un reto significativo.
Por el contrario, escoltar a Nicole corría el riesgo de agravar las consecuencias, en caso de que recurriera a la intervención policial.
Tras deliberar, uno de los guardias intervino: «Espere aquí. Consultaré al mayordomo para que me lo confirme. Pero una vez que recibas la respuesta, abstente de seguir molestando».
Nicole asintió con gravedad. «Tiene mi palabra. No te molestaré más. Mi única preocupación es el bienestar de Kamilah, ya que no he podido localizarla».
Garantizar la seguridad de Kamilah era primordial para salvaguardar a Austin. Con la presencia de Kamilah, Nicole confiaba en la protección de Austin. Pero ahora…
Teniendo en cuenta las circunstancias de Austin, parecía probable que Kamilah estuviera obligada o fuera incapaz de atender convenientemente las necesidades de Austin.
La mente de Nicole se agitó con conjeturas, aumentando su ansiedad.
Poco después, el guardia salió del interior y dijo: «Señora, el mayordomo le ha comunicado que Kamilah se encuentra indispuesta y bajo cuidados. Lamentablemente, no puede ponerse en contacto con usted. Debe regresar y esperar su comunicación una vez que se recupere».
La aprensión de Nicole aumentó. ¿Esta repentina afirmación de enfermedad hasta el punto de carecer de fuerzas para hacer una llamada?
Sin embargo, hacía poco que se había comunicado con Kamilah a través de mensajes de texto. Esta discrepancia sugería que el remitente de los mensajes era un impostor.
Nicole sacudió la cabeza con firmeza e imploró: «Señor, tenga la amabilidad de permitirme la entrada para ver a Kamilah. No puedo descansar hasta que la haya visto…».
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