Capítulo 1362:

Al llegar a la puerta del salón, Nicole la encontró custodiada por guardaespaldas.

Parecía que la familia Watts estaba siendo excesivamente cuidadosa. No sólo la protegían a ella, sino también, al parecer, a Roscoe. ¿Podría ser que la familia Watts hubiera detectado que a Roscoe le pasaba algo?

La creciente inquietud instó a Nicole a irrumpir en el salón para comprobar ella misma la situación. Sin embargo, los guardias estaban extremadamente alerta, por lo que era imposible que alguien se colara.

Frustrada y ansiosa, Nicole se siente impotente fuera de la sala vigilada. Se escondió sigilosamente a un lado, esperando a que Roscoe saliera.

Sin embargo, después de esperar un buen rato, seguía sin haber señales de actividad en la sala.

Tras casi dos horas de espera, Nicole sintió que se le entumecían los pies antes de que los guardias se marcharan por fin.

Presintiendo que algo iba mal, Nicole decidió comprobar la sala por sí misma. Se acerca a la puerta, la empuja y la abre con facilidad.

La habitación estaba vacía, sin el menor indicio de que alguien hubiera estado aquí.

Nicole parpadeó, desconcertada. ¿Por qué iban a vigilar los guardias una sala vacía?

Nicole no tardó en darse cuenta de que la habían engañado. Se apresuró a salir y, en su carrera, chocó con otro sirviente.

«Ay… ¿A qué viene tanta prisa?», la sirvienta, jadeando de dolor, regañó bruscamente a Nicole.

«Lo siento… Lo siento mucho…». Nicole se disculpó rápidamente.

Cuando se disponía a marcharse, la criada la agarró y le gritó enfadada: «¿Adónde crees que vas? Recoge mis cosas antes de salir corriendo».

Los caramelos estaban esparcidos por el suelo.

Nicole no tuvo más remedio que agacharse y ayudar a la sirvienta a recoger los caramelos.

El criado la miraba lloriqueando: «¿Cómo te han contratado? No tienes modales. Chocar con alguien y luego intentar escapar. Voy a decírselo al encargado y te irás de aquí».

Nicole, manteniendo su disfraz de sirvienta, permaneció en silencio y se concentró en recoger los caramelos.

Justo entonces, la conocida música de entrada a la boda resonó por toda la mansión. El banquete había comenzado oficialmente.

Al oírlo, a Nicole le temblaron las manos. Se volvió hacia el criado y le preguntó: «¿Ha empezado la boda?».

«Sí, por eso salgo ahora. Ya están repartiendo los caramelos en la entrada», respondió el criado.

«Entonces, ¿dónde está el novio?» preguntó Nicole. «¿Dónde ha ido el novio?».

El criado miró a Nicole como si fuera tonta. «¿De qué estás hablando? Obviamente está en el banquete de bodas. ¿Dónde iba a estar si no?».

Nicole agarró con firmeza la muñeca del criado e insistió. «¿No estaba el novio en el salón?».

«Vaya, ¿por qué eres tan agresiva?». La sirvienta le apartó la mano con enfado. «El novio no puede estar todo el día en el salón. Tiene que aparecer en escena en algún momento».

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