Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1309
Capítulo 1309:
Los ojos de Nicole brillaban de expectación. Volviéndose hacia Deniz, declaró: «Siempre que me ayudes a conseguir lo que necesito, te prometo una huida limpia de este caos, y ambos nos beneficiaremos inmensamente.»
Deniz se burló. «¿Estás de broma? ¿De verdad crees que tienes los medios para conseguirlo?».
Su escepticismo era palpable. Le costaba creer que Nicole, aparentemente tan frágil e insignificante, pudiera ser su billete para salir de este lío y enriquecerse.
Sin inmutarse, Nicole afirmó: «Te aseguro que el proyecto suburbano será tuyo».
«¿El proyecto suburbano?» repitió Deniz, sorprendido. Era una empresa lucrativa. Asegurarlo significaba un futuro seguro. Pero…
«Es una empresa del Grupo Schultz. ¿Cómo demonios puedes asegurarla?» Deniz dudaba que Jarrod estuviera dispuesto a desprenderse de ella, especialmente por Nicole, una mujer que Deniz consideraba pasada de moda. Además, el objetivo principal de Jarrod era siempre maximizar sus beneficios.
Nicole desafió: «Deniz, ¿estás dispuesto a apostar conmigo y comprobarlo por ti mismo?».
Deniz examinó el rostro de Nicole. A pesar de su atuendo andrajoso, sus ojos brillaban con una confianza inquebrantable. Tal vez era más de lo que parecía.
Por impulso, Deniz asintió y dijo: «De acuerdo, hagamos esa apuesta».
Ganar podría transformar su vida. Aunque Nicole le estuviera engañando, no tenía nada que perder.
Deniz miró a Nicole con frialdad y le advirtió: «Mantén tu palabra. Confiaré en ti por ahora, pero si detecto el más mínimo indicio de engaño, ¡eres hombre muerto!».
Sin inmutarse, Nicole se limitó a responder: «Aquí estaré».
«Tiene agallas, señorita Lawrence», comentó Deniz con sarcasmo.
«Por cierto, recuerdo que el señor Schultz le quitó a su hijo», añadió despreocupadamente.
Deniz soltó una risita sombría, con el rostro surcado de líneas siniestras. «Espero que su deseo de reunirse con su hijo se haga realidad pronto».
Sus palabras le sirvieron a Nicole para recordar que su vida, aunque insignificante para ella, seguía teniendo valor como palanca a través de su hijo.
Ese niño era su punto débil.
Los dedos de Nicole se apretaron con fuerza, el dolor palpitaba en su corazón, amenazando con derramar sangre. Todo el mundo sabía que un hijo era el punto débil de una madre, y explotar esa vulnerabilidad era infaliblemente eficaz.
Lívida, Nicole sintió que esas personas despreciables, que cometían actos tan viles, ¡sin duda merecían el castigo de la ley!
Levantando sutilmente la comisura de los labios, con cuidado de que Deniz no viera su tensión, Nicole dijo: «Deniz, no te preocupes. La persona que conspira contra ti también está en mi lista negra. Estamos juntos en esto».
Deniz respondió con un gruñido y murmuró: «Eso espero». Y se marchó dando un portazo.
El cuerpo de Nicole se balanceó ligeramente antes de desplomarse en el sofá.
Una victoria tan ajustada en medio del trato con Deniz. Por fin había conseguido que aquella figura amenazadora se convirtiera en su aliado.
El padre de Nicole le había aconsejado una vez que, antes de ser lo bastante fuerte como para enfrentarse sola a un problema, era prudente convertir las amenazas potenciales en aliados temporales. Esta alianza podría reportarle beneficios imprevistos.
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