Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1284
Capítulo 1284:
Nicole estaba profundamente inconsciente. Desde que perdió la custodia de Austin, su sueño había sido inestable, y este estado de coma parecía ser la forma que tenía su cuerpo de forzar una parada para recuperarse. De lo contrario, su cuerpo no habría sido capaz de soportar la tensión.
Jarrod se sintió incómodo ante el profundo sueño de Nicole. Temía que siguiera así.
Durante este periodo, pidió repetidamente al médico que comprobara por qué Nicole aún no se había despertado.
El médico lo describió como el proceso de autocuración del cuerpo, explicando que su prolongada falta de descanso adecuado había hecho necesario un sueño tan profundo, que en realidad era beneficioso.
Jarrod no estaba seguro de la veracidad de la explicación del médico, pero carecía de medios para confirmarla.
Más tarde, sonó su teléfono. Era Alec.
Jarrod escuchó y, tras un largo silencio, respondió con fría firmeza: «Encárgate tú».
El destino quiso que Nicole empezara a recobrar lentamente el conocimiento en ese momento, con la mente nublada al captar la palabra «manéjalo».
Manejarlo… ¿Manejar a quién? Parecía que se habían ocupado de Derek.
Después de terminar la llamada, Jarrod se volvió para ver a Nicole mirando al techo con los ojos muy abiertos y atormentados, su silencio espeluznante.
Para Jarrod, sin embargo, su despertar fue una agradable sorpresa. Sobre todo porque la escena de ella en coma le había inquietado profundamente.
«Estás despierta», susurró Jarrod con suavidad mientras extendía la mano para comprobar si tenía fiebre en la frente. El médico les había dicho que vigilaran de cerca su temperatura en cuanto se despertara y que llamaran inmediatamente si tenía fiebre.
En cuanto la mano del médico le tocó la frente, Nicole la apartó de un manotazo.
Con tono frío, dijo: «¡No me toques con esas manos asquerosas!».
Jarrod se quedó helado, con la voz áspera por la incredulidad. «¿Qué?
Nicole se incorporó y se apartó, con voz débil. «Fuera de aquí».
No soportaba tenerlo cerca. Su presencia siempre le recordaba sus fracasos. Se sentía vulnerable y estaba cerca de su límite.
Sin embargo, no podía rendirse. Incluso después de un breve escape en la inconsciencia, ella sabía que tenía que enfrentarse a ellos. Ahora, no era sólo Jarrod. Eran «ellos».
Nicole comprendió que debía ser cautelosa con Vicki, cuyas palabras aún permanecían en su mente, inquietándola profundamente.
La intuición femenina solía ser inquietantemente precisa. Nicole no creía que las amenazas de Vicki fueran sólo ruido. Cuanto más tranquila parecía una persona, más drásticas podían ser sus posibles acciones.
Nicole temía que durante un desacuerdo o si era provocada, Vicki pudiera desquitarse con Austin. Jarrod era aún más temible que Vicki, y ambos planteaban amenazas imprevisibles a Austin, impidiendo que se durmiera de preocupación.
A pesar de que su vida corría peligro, Nicole nunca renunció a la idea de reclamar la custodia de Austin. Pero ahora mismo, simplemente estaba demasiado agotada para lidiar con Jarrod, la fuente de todas sus miserias.
«¿Comprendes siquiera lo que estás diciendo?». El rostro de Jarrod palideció de furia. Él la había salvado, y la falta de gratitud era una cosa, pero hablarle así al despertar era más de lo que podía soportar.
La paciencia nunca fue el fuerte de Jarrod.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar