Capítulo 1210:

Comprendió el balance de pérdidas y ganancias. Con la boda a la vuelta de la esquina, repetir el intento de suicidio por simpatía podría provocar asco más que compasión. Una vez ya era pasarse. No se atrevería a intentarlo de nuevo.

«Haré lo que me digas. Pero no me dejes. Te escucharé en todo», suplicó Vicki, con la voz entrecortada por el llanto y el rostro húmedo por las lágrimas, iniciando la compasión en cualquiera que la viera.

Una joven rica se veía abatida a tal estado. No había hombre que no sintiera algo.

Y Vicki, con su historial limpio y su tendencia a evitar los conflictos, parecía aún más comprensiva.

Jarrod se alegró bastante. Le dio una palmadita en la cabeza y dijo con calma: «Bien».

Era tarde por la noche.

Nicole yacía en la cama del hospital, con las luces de la habitación apagadas desde hacía tiempo.

En la oscuridad, miraba al techo con los ojos muy abiertos.

Por fuera parecía tranquila, pero por dentro era un caos. La sensación de confusión e impotencia la abrumaba cuando estaba sola.

Tenía que mantener la compostura ante los demás, mientras que por dentro se atormentaba pensando en cómo escapar de su situación.

Ya había intentado liberarse dos veces, con poco éxito.

Ya fuera fingiendo su muerte o intentando huir, siempre volvía al punto de partida.

Jarrod la tenía atada como a una cometa. Con sólo un suave tirón, podía traerla de vuelta. Y todos sus intentos de defenderse parecían, en retrospectiva, ridículos.

Nicole pensó amargamente que incluso el destino parecía favorecerle. ¿Por qué? ¿Por qué la vida la trataba tan injustamente?

La puerta crujió al abrirse.

El sonido de pasos familiares hizo que el cuerpo de Nicole se tensara instintivamente. Rápidamente cerró los ojos, fingiendo dormir.

Los pasos se detuvieron junto a su cama.

Nicole sintió como si unos ojos venenosos se clavaran en ella, provocándole escalofríos.

Tras un tenso silencio, Jarrod dijo: «Nicole, a veces me pregunto, si realmente murieras, qué haría yo…».

Al parecer, no se dio cuenta de que ella estaba despierta mientras pronunciaba estas absurdas palabras.

Entonces, su gran mano proyectó una sombra sobre el delicado cuello de ella.

Por un momento, Nicole tuvo miedo de que Jarrod tuviera intenciones asesinas, de que pudiera matarla.

Pero entonces, los pasos se desvanecieron.

Nicole abrió los ojos, con la respiración inestable, como si hubiera escapado por los pelos de una amenaza ominosa. No podía permanecer pasiva. Tenía que encontrar a Roscoe e intentar contactar de nuevo con la niñera responsable del cuidado de Austin.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar