Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 1074
Capítulo 1074:
Davey se levantó y dijo: «Casey, con el tiempo te darás cuenta de lo que está bien y lo que está mal, y te arrepentirás de lo que has hecho».
Los ojos de Casey se quedaron en blanco mientras susurraba: «Todo es culpa mía, yo».
Apenas susurró: «Merezco morir».
Pero antes de que Davey pudiera reaccionar, un repugnante «plop» resonó en el aire, y la sangre empezó a manar de las comisuras de su boca. Era como un grifo atascado que no podía cerrarse.
Los ojos de Davey se abrieron de par en par, aterrorizado, y cayó de rodillas, rodeando a Casey con los brazos en un abrazo desesperado y gritando su nombre: «¡Casey!».
Pero Casey, en sus brazos, estaba quieta y silenciosa. Se mordió la lengua, prefiriendo la muerte al cautiverio.
Tras un silencio ensordecedor, Davey cogió a Casey en brazos y salió corriendo de la habitación.
Era la segunda vez que el terror se apoderaba de su corazón. La última vez había sido cuando Casey había intentado quitarse la vida saltando por el balcón.
El cuerpo cojo de Casey colgaba de los brazos de Davey, con los ojos cerrados, parecía una muñeca rota.
«Casey, no… ¡Por favor, no me dejes! Di algo, lo que sea!»
La voz de Davey temblaba de angustia. Nunca había sentido un miedo así, un pavor que le atenazaba el corazón.
Al tercer día, Erick recobró el conocimiento.
Tal como Stefan había advertido, la intención del asaltante era aterrorizar, no matar. El ataque era una advertencia apenas velada. No indagaran más, o se enfrentarían a las devastadoras consecuencias.
Pero Erick estaba secretamente encantado, pues significaba que se estaban acercando a la verdad. La esperanza de encontrar a Casey crecía por momentos.
Raegan se dio cuenta de la intensa concentración de su hermano en desentrañar las conexiones de Jimena y le animó suavemente a que se tomara un respiro y descansara un poco.
Teniendo en cuenta la gravedad de la herida, Raegan calculó que, incluso con cuidados óptimos, la recuperación total sería un proceso largo, que posiblemente requeriría hasta tres meses.
Erick mantenía una apariencia externa de atención, pero su verdadera concentración residía en el diálogo en curso con Stefan.
Su investigación se centró en las estimadas familias aristocráticas que Jimena había conocido y, tras un meticuloso escrutinio, sus sospechas se centraron en Davey como persona de interés.
No tenían ni idea de la conexión secreta entre Davey y Casey.
La curiosidad de Erick le impulsó a ponerse en contacto con su padre y, tras una tensa llamada telefónica, por fin se rompió el silencio, desvelando una verdad largamente oculta que había estado esperando a ser contada.
Cuando la verdad salió a la luz, Raegan y Erick se quedaron en silencio.
Resultó que Davey tenía una historia profundamente intrincada con su madre.
Dadas las circunstancias, la conexión entre Davey y la desaparición de Casey era innegable. Era totalmente posible que, en ese mismo momento, Casey estuviera siendo albergada en secreto por Davey en la apartada ciudad de Aurora.
En cuanto Raegan y Erick se dieron cuenta de esta posibilidad, se pusieron eufóricos. Por fin estaban a punto de reunirse con su madre.
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