Capítulo 1041:

Justo cuando Erick estaba a punto de guardar su tableta, Raegan vio un colgante de trébol de cuatro hojas alrededor del cuello de la mujer. Era un estilo que solían llevar las mujeres.

Por lo tanto, Raegan sospechó que en realidad se trataba de una mujer disfrazada de hombre.

Era una perspectiva que Erick no había considerado. Sabía que la figura de la grabación era más baja, pero como muchos hombres de Aurora no eran altos, no lo había visto así. Ahora, con la perspicacia de Raegan, Erick estaba de acuerdo en que la figura de la filmación parecía fuera de lugar, ¡quizá realmente una mujer!

Erick recordó la esquina por la que había desaparecido la figura, un lugar que había comprobado innumerables veces. Efectivamente, unos minutos más tarde había allí una sospechosa mujer vestida de negro. Se inclinó y abrazó a Raegan, diciéndole: «Raegan, ¡has sido de una ayuda tremenda!».

Raegan sintió una oleada de esperanza, ya que esta pista parecía ser una pista importante en el caso de su madre.

Erick transfirió rápidamente las imágenes de su teléfono para revisarlas de nuevo con Raegan.

Esta vez, Raegan se dio cuenta fácilmente de que la mujer vestida de negro era la misma persona que el «hombre» que había comprado la medicina.

Ahora estaban casi seguros de que esa mujer estaba relacionada con su madre. No habría ninguna otra razón para que se disfrazara de hombre sólo para comprar Angelica Sinensis. Esto también servía como prueba indirecta de que Casey seguía viva. ¡Qué gran noticia!

Sin perder un momento, Erick reenvió el vídeo a un informático para que extrajera la imagen de la mujer y mejorara su calidad para una mejor identificación.

Pronto tuvieron una clara vista frontal de la mujer.

Erick envió entonces la foto a Stefan, pidiéndole que utilizara sus contactos en Aurora para localizarla rápidamente.

Por la noche, ya tenían noticias. La mujer resultó ser Jimena, la hija del doctor Hinks, del distrito norte, y era estudiante de medicina.

Erick desaconsejó que Raegan se uniera a la búsqueda de Jimena, dados los peligros potenciales que entrañaba.

Comprendiendo sus limitaciones, Raegan aceptó que era más seguro para ella quedarse atrás. Instó a Erick a ser prudente y a no tomar decisiones precipitadas.

Cuando Erick se marchó, el corazón de Raegan se aceleró mientras esperaba en casa.

Mientras tanto, en la finca de Davey.

Era el día en que Casey debía asistir a su sesión habitual de acupuntura.

Jimena estaba en la entrada, esperando a que el mayordomo la dejara pasar.

Tras comprobar la identidad de Jimena, el mayordomo reveló una puerta secreta que conducía al sótano.

Dentro, Casey estaba sentada junto a su cama, concentrada en su bordado. Después de mucho persuadirla, había convencido a Davey para que le regalara unas agujas hechas a medida para su oficio.

Estas agujas eran bastante romas, demasiado desafiladas para perforar incluso la punta de un dedo, por no hablar de crear bordados detallados.

A pesar de ello, la calidad del trabajo de Casey era impresionante, aunque un poco tosco, lo que demostraba sus sólidas habilidades básicas.

Cuando Jimena vio los diseños de hierbas que Casey había cosido, comentó: «Señora, lo ha hecho bien con esta pieza, aunque parece un poco más tosca que la que vi la última vez».

A Casey se le iluminaron los ojos. «Jimena, ¿qué viste la última vez?».

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