Volviendo a intentarlo
Capítulo 52

Capítulo 52:

“Hola. No me encuentro bien. Como que vomité. Abre la puerta!” Grité golpeando la puerta con el puño.

“Lo siento, señorita, pero el Alfa nos ordenó mantener la puerta cerrada todo el día. Hay un baño adjunto ahí dentro. Lávese allí”. Contestó la voz ronca de un hombre.

“No. No es eso. Me siento atrapado. Tengo claustrofobia. No soporto estar en un lugar cerrado”. me quejé.

“Lo siento, no podemos hacer nada al respecto Luna”. Dijo otro guardia disculpándose. Demasiado para el plan, resoplé para mis adentros. ¿Gimoteando? ¿En serio? Podía detectar el sarcasmo incluso cuando estaba cansada. ¿Tienes suficiente energía para volarnos? resoplé.

¿Acaba de llamarnos Luna? preguntó la débil voz de Gwen. ¿Gwen? ¿Te encuentras bien? pregunté preocupada. Sí. El acónito me debilitó, no me mató, puso los ojos en blanco. Sonreí, contenta de que volviera a ser ella misma.

Vale, que entren los guardias -ordenó Drew. ¿Por qué? Enarqué las cejas. Oí hablar a alguien y mis oídos se agudizaron. Los cerré y escuché.

“El Alfa dijo que le inyectaran acónito todas las mañanas”. Una voz susurró y la capté con mi oído de demonio y hombre lobo. Estaba algo lejos. Quizá a unos pasillos de distancia.

“¿Ahora? Ayer recibió una dosis. Así es como la atraparon, ¿recuerdas?”.

Otra voz refunfuñó.

“Ahora. Alfa dice que sí. Ahora deja de lloriquear como una mariquita y ve a inyectarla”. Argumentó una voz más dura. Oí a alguien refunfuñar y me arrastré rápidamente hacia la cama de Graysen. No podía dejar que supiera que la había oído.

Oí que alguien llamaba a la puerta y luego una llave girando en el ojo de la cerradura.

“Demasiado para llamar”. refunfuñé. La puerta se abrió y apareció un chico de unos veinte años que reconocí. Sonrió y se acercó tras cerrar la puerta. Hice lo más sensato: fruncir el ceño.

“No hace falta que frunzas el ceño, Luna”. Se rió entre dientes. Resoplé en respuesta.

“¿Te arrepientes de no haber vuelto conmigo?”. Dijo con amargura en la voz.

“¿Lamentas haberme rechazado primero y haberme roto el corazón?”. repliqué, y juro que vi un destello de culpabilidad en sus ojos verde bosque. Me puso una mano en el brazo y forcejeé.

Luego me puso un dedo en los labios, tratando de hacerme callar.

“¿Qué Leo?” Siseé y me hizo callar. Miró a su alrededor, medio esperando que la gente entrara corriendo. Me picó la curiosidad y me quedé mirándole.

Sacó su teléfono y abrió la aplicación del bloc de notas. Enarqué una ceja. Escribió algo antes de enseñármelo.

He oído que has encontrado pareja. Tu segunda pareja.

Asentí vacilante y él me dedicó una pequeña sonrisa.

¿Eres feliz con él?

La pregunta me sorprendió y no tuve más remedio que asentir.

Yo, Bella y Willow estamos trabajando en un plan para contactar con tu pareja y sacarte de aquí.

Lo miré estupefacta, con los ojos desorbitados. Reaccioné y golpeé su teléfono, ¿hablas en serio? ¿Por qué me estás ayudando?

Actué como una idiota. Te mereces a alguien que te quiera por lo que eres. Me envió una pequeña sonrisa.

Gracias. Pero el cabrón espera que esté sucia cuando vuelva. Me estremecí ante lo que acababa de decirme sobre ser sucia.

Intentaré pensar en algo. Con eso se levantó y sostuvo la aguja con acónito en la mano. Le enarqué una ceja.

Dame las manos.

Sacudí la cabeza con todas mis fuerzas.

“Maldita sea, dame tu brazo”. Gruñó y yo chillé sorprendida. Entonces me guiñó un ojo y supe que era sólo para aparentar.

“¡Aléjate de mí, maldito rompecorazones!” le grité.

Dejó que un poco de acónito se deslizara por la piel de mi brazo, sin llegar a inyectármelo como se suponía que debía hacer. Luego fue al baño y escurrió el resto del líquido por el lavabo. Sonreí. Fue listo, al menos me dejó un poco de olor a acónito, para que nadie sospechara. Me saludó antes de salir de la habitación.

Oí voces y frases. Leo le dijo a un guardia que me había inyectado beleño y que estaba inconsciente.

Qué amable por su parte, sonrió Gwen. Sí, le devolví la sonrisa. No hay tiempo para esta charla, Graysen podría volver pronto, espetó Drew. Podía sentir a Gwen pensando en algo. Pensaba… ¿Hay alguna posibilidad de que Ryder vuelva a por nosotros?

Solo me lo preguntaba, preguntó en voz baja. Sentí que el abrazo me bajaba un poco la pregunta. No, dije secamente. Pero lo deseas, ¿verdad? susurró ella.

Claro que sí, pero no lo creo, lo rechazamos, suspiré. Vale, podemos hablar de eso más tarde, ahora mismo tenemos que movernos, teniendo en cuenta que tenemos el factor sorpresa, los guardias no saben que nos hemos levantado, sonsacó Drew y yo le asentí agradecida. Empezaba a emocionarme con tanta charla deprimente.

¿Sapphire? Preguntó tímidamente una voz. Espera… ¿Clover? pregunté sorprendida. Dios mío, soy tan idiota… ¿cómo pude olvidar que teníamos este vínculo? Ella gimió.

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