Capítulo 4:

P.O.V. de Sapphire

Oí suaves pasos arrastrándose a mi derecha. Mis oídos se agudizaron mientras mis ojos permanecían cerrados.

Me puse en pie de un salto, poniéndome en posición de combate por reflejo.

“¡Caramba! Cálmate, Sapph”. chilló Bella a mi lado.

“¡Shh… Bell, cállate!” susurró Willow.

“¿Will? ¿Bell?” Llamé en voz baja, alcanzando el interruptor de la luz.

“No enciendas las luces. Nos delatarían”. La voz de Willow sonó en la oscuridad. Sentí su mano apartar la mía del interruptor.

En su lugar, cogí la lámpara de la mesilla de noche. Tiré del cordoncito y apareció una luz tenue, apenas perceptible. Pude distinguir las figuras de mis mejores amigos cerca de mi cama.

“¿Qué hacéis aquí?” pregunté bostezando y frotándome los ojos doloridos. La cabeza me daba vueltas por algunos pensamientos que tuve mientras dormía.

Acababa de tener un sueño horrible… algo sobre casarme con el Alfa.

“¿Qué? ¿De verdad creías que íbamos a dejar que se casara contigo? Dios Sapph”. Bella resopló.

“Espera… No… ¿No fue un sueño?” Mi voz salió temblorosa. Se me llenaron los ojos de lágrimas. De repente, toda la fuerza del pánico mezclada con la desgana volvió a golpear mi corazón. Los acontecimientos de la noche anterior volvieron a repetirse en mi mente.

“Shh… Sapph, por favor, no llores… Shh, Sapph…” me suplicó Willow. Bella me abrazó mientras yo lloraba en su hombro. Empezó a temblar también y me di cuenta de que estaba sollozando en silencio conmigo. Willow nos puso las manos en la espalda. El tacto de su mano me reconfortó, actuando como el último hilo de cordura que me quedaba.

Primero mi pareja me rechaza.

Luego me obligan a casarme con otra persona por la que sólo sentía aversión.

“¿Cómo puede hacerme esto? I… No quiero casarme con él”. Tuve hipo. Por una vez me sentí impotente y asustada. Gwen gemía en mi cabeza mientras Drew gruñía de rabia.

“No lo harás”. Dijo Willow con firmeza.

“¿Cómo? Él es nuestro Alfa… Tengo que seguir sus órdenes, no puedo negarle nada”. Sollocé.

“Puedes y lo haremos”. Dijo Bella.

“¿Lo haremos?” Pregunté, frotándome las lágrimas con la manga. Willow me lanzó una mochila y una bolsa de mano. Las cogí con facilidad a pesar del peso.

“¿Para qué son?” Fruncí las cejas confundida. Lo que Bella dijo a continuación hizo que mi corazón diera un salto de miedo y emoción.

“Vete. Corre a la ciudad”.

“¿Pero cómo? ¿Cómo se supone que voy a hacerlo?” pregunté, ignorando el ronroneo de Gwen. Parece que le gusta la idea.

“Te cubriremos. Ahora son las tres de la mañana. Es la hora justa para irnos”. Dijo Willow.

“¿Ahora? ¿Como huir ahora?” Ensanché los ojos. El miedo se apoderó de mi corazón. Se me cortó la respiración.

“No Sapph, huye en medio de todas las pruebas de tu vestido o después de que te cases querida”. dijo Bella con sarcasmo.

Puse los ojos en blanco, pero no antes de que consiguiera arrancarme una pequeña sonrisa.

“Pero… ¿qué voy a hacer sin vosotros?”. pregunté. De repente, mis pensamientos se centraron en las personas que dejaría atrás. La gente a la que quiero y que tendría que dejar atrás. Se me llenaron los ojos de lágrimas y empezaron a rodar por mi mejilla.

“Sapph… Eres una chica increíble. Te mereces algo mejor. No puedes quedarte y emparejarte con ese hombre de dientes podridos”. Dijo Willow en voz baja. Reí levemente ante su último comentario.

“Ella tiene razón. No se merece una gran chica.

Te queremos, Sapph. Eres nuestra mejor amiga. Significas el mundo para nosotras”. Bella se levantó, su mano agarró ligeramente mi hombro.

“Eres fuerte, hermosa, segura de ti misma. Eres todo lo que una chica quiere ser”. Willow continuó.

“Eres preciosa, como tu nombre, Sapphire”. Terminó Bella, sonriéndome con los ojos llorosos.

“Te quiero mucho. Por favor, no me olvides nunca”. Dije, tirando de ella para abrazarla.

“Nosotros también te queremos, y nunca jamás te olvidaremos. Jamás”. susurró Willow.

Nos abrazamos durante un rato. Ninguna de las dos quería ser la primera en poner fin al momento.

Willow fue la primera en separarse.

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