Volviendo a intentarlo -
Capítulo 24
Capítulo 24:
P.O.V. de Sapphire
“¿Qué demonios es esto?”. Grité, intentando quitarme el horrible sabor de boca. Pues me acababa de ayudar cocinando horrible. Así que no necesitaba una razón para vomitar. Pero aún así, no mola.
“Um… ¿Comida?” Me miró inocentemente.
“Ryder, ¿estás intentando matar todas mis papilas gustativas? Si es así, lo has conseguido”. Gruñí, enjuagándome la boca en el fregadero.
“Ryder, ¿estás intentando matar a esta joven?” Una voz provenía de la puerta. Me giré para ver a una mujer de unos cuarenta años con el pelo castaño oscuro (parecido al de Ryder), la nariz recta y unos ojos azul cielo que chispeaban de diversión.
“Hola mamá, ¿quieres tortillas?”. Ryder sonrió.
“Ryder, ya sabes la razón por la que te prohibí los fogones. La única comida que eres capaz de cocinar es comida para microondas y fideos instantáneos”. Ella puso los ojos en blanco.
“Al menos yo sé hacer fideos”.
Mi compañera se encogió de hombros.
“En una taza”. Añadió señalando.
“Sigue contando”. Ryder sonrió.
“Y me dijiste que no había ninguna razón para que no hubieras cocinado durante un tiempo”. Miré con odio a mi compañero.
“Sí, le prohibí tocar los fogones después de que provocara unos cinco incendios en la cocina”.
Los ojos de la mujer brillaron divertidos. Me eché a reír.
“Cállate. No fue para tanto…” Ryder refunfuñó.
“Los hombres y su dignidad”. Sacudió la cabeza burlonamente. No podía estar más de acuerdo.
“Entonces, ¿cuál es el nombre de esta fina dama?” Volvió los ojos hacia mí.
“Mamá, Sapphire Jackson. Sapph, esta es mi madre, Georgia”. Ryder nos presentó.
“¿Así que eres la colega de mi hijo?” Ella sonrió.
“Um… Sí…” Dije vacilante.
“Ooo… ¿Eres su colega?” Georgia chilló y me abrazó.
“Buena suerte con él”. Ella sonrió después de prácticamente aplastar cada hueso de mi cuerpo. Los 306. Y ahora también veo de dónde sacó Ryder su sonrisa.
“A ti también…” Georgia abrazó a su hijo. Solté una pequeña risita. Ver al Alfa grande y malo siendo abrazado como un peludo osito de peluche es el chiste del mes.
“Mami…” Ryder gimoteó, con la cara un poco rosada.
“Así que… ¿eres un niño de mamá?”. Moví las cejas y le pellizqué las mejillas. Me fulminó con la mirada, pero no me perdí la sonrisita que apareció brevemente en sus labios.
Lo soltó y se volvió para mirarnos a los dos. Sus manos en las caderas y una mirada aguda dirigida sobre todo a Ryder.
“¿Aún no ha pasado nada?” Sonrió sugestivamente. Ladeé un poco la cabeza hacia la izquierda, confundido. No me culpes, mi mente está un poco lenta en este momento.
“Mamá…” Ryder gimió, pasándose una mano por su impresionante pelo castaño. Mis cejas se alzaron tan pronto como mi mente registró el significado de sus palabras.
“Um… ¡No! ¡No hemos hecho nada!”. chillé alarmada.
“Nerviosa, ¿verdad, gatita?”. Ryder sonrió.
“¿Qué tengo yo que ver con estas cosas de Furia?”. resoplé.
“Bueno, pueden ser bastante tímidos y viciosos, dependiendo de la situación. No sé, te queda bien”. Se encogió de hombros.
“No me llames gatita”. gruñí.
“Gatita gatita gatita gatita”. Se burló y gruñí una advertencia en voz baja.
“Joven amor. Hasta luego”. Georgia suspiró con una sonrisa y se marchó. A pasar un rato en su habitación, supongo.
Me volví hacia él y puse las manos en las caderas.
“Ah, ¿así que ahora soy una gatita?”. repliqué.
“Sí, te queda bien, gatita”. Me plantó un beso en la cabeza. Le fulminé con la mirada.
“Me voy a una reunión, volveré en unas tres o cuatro horas. Hasta luego, gatita”.
Sonrió y se marchó antes de que pudiera replicarle. Murmuré una maldición.
“¡Las maldiciones no están bien, gatita!” Gritó.
“¡Pues te las has ganado!” le grité, ganándome algunas miradas de mis compañeros de manada. Sonreí y me encogí de hombros como si no pasara nada. Luego se alejaron sin mirar atrás. Desde la distancia vi a Ryder hacer la señal del pulgar hacia arriba. Apreté los dientes con rabia. Le odio tanto. Pero le quiero… ¿tengo sentido?
No, no lo tienes -resopló Drew.
La ignoré. Observé la espalda de Ryder y sentí el impulso de darle un puñetazo en la cara y un beso de muerte al mismo tiempo. Yo lo besaría, sugirió Gwen.
Cállate, dijimos Drew y yo al mismo tiempo.
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