Vendida como novia de un magnate -
Capítulo 43
Capítulo 43:
POV Sofía.
Sentí que el mundo que había conocido se desmoronaba aún más.
Y era evidente que las cosas iban a ponerse peor de lo que imaginaba.
“No puedo dejar a la abuela sola..”..
“No tienes que hacerlo… si no quieres venir a mi casa, tengo varias a las que ustedes dos pueden ir”.
Negué varias veces, la abuela creo no aceptaría nada de esto, y debía prepararla.
“Quiero hablar con ella primero”.
“Hazlo pronto, la orden te llegará mañana..”..
Me levanté con cuidado y un poco agitada y Diego se apresuró a tomar mis brazos para ayudarme.
“Te llevo..”..
El camino se hizo corto, y le pedí que me dejara a solas con Helena, mientras prometió que estaría aquí a primera hora.
Diego se despidió besando mis mejillas, y me preocupé en este punto cuando me quedé en la puerta viéndolo irse.
Sabía que era demasiado pronto, pero no podía verlo de otra forma, más que como el hombre que me estaba ayudando a ejecutar mi plan de venganza.
Pregunté en la casa por la abuela, y llegué a su habitación, donde incluso estaba recostada.
“¿Te sientes bien?”.
“Cariño..”..
Ella dejó un libro en sus manos y miró mi pierna.
“Te han quitado la escayola..”., asentí sentándome a su lado.
“Abuela… hay algo que necesitas saber con urgencia”.
Su rostro estaba demacrado, pero, aun así, asintió.
“Esta mujer, Camila… ella vendrá a sacarnos de esta casa”.
Helena no pareció sorprenderse, incluso soltó un suspiro.
“Lo estaba esperando… Gael no tuvo la oportunidad de cambiar el dueño de sus bienes, y pude imaginar que harían algo así. Sin embargo, tengo dinero propio, no te preocupes… podemos irnos..”..
La miré fijamente y negué.
“No, no puedo dejar a Gael aquí… sin todo esto y”.
Ella puso la mano sobre la mía.
“¿Te das cuenta de lo que dices, cariño? Gael ya no está, y yo no tengo fuerzas para esto… mi hija tomó la peor decisión de su vida, se juntó con el mismo demonio, y le dio dos hijos maravillosos… ese mismo demonio me arrebató a mi hija, se adueñó de nuestro patrimonio… y también me arrebató a mi nieto… a él que lo quería como a mi propio hijo..”.
Mis labios temblaron mucho.
Ella se estaba rindiendo.
“Cristian llega mañana… y me llevará a donde mis demás familiares”.
“¿El hermano de Gael?”.
Ella asintió.
“Si… ven con nosotros… Gael ya no está aquí, y mi nieto no merece que estés en medio de estas víboras… Sofí… es solo dinero… que se queden con eso”.
Había una lucha muy grande dentro de mí.
La abuela tenía razón en algunas cosas, pero no podía, sentía que estaba traicionando al mismo Gael, y me sentía responsable de no hacerle justicia.
Me ardieron los ojos cuando levanté la mirada de nuevo, ni siquiera era necesario hablarle de la oferta de Diego, ella jamás aceptaría algo como eso, y con mucha determinación y dolor, negué.
“No puedo abuela, lo siento… no puedo irme..”..
Noté perfectamente como varias lágrimas cayeron por sus mejillas, y como inmediatamente, ella retiró su mano.
El peso de mi decisión pesaba sobre mis hombros mientras observaba las lágrimas en los ojos de la abuela.
Sabía que no podía abandonarla después de todo lo que había sucedido y de lo que estaba dispuesta a hacer para buscar justicia por Gael.
Pero ver el dolor en los ojos de Helena me partía el corazón.
“Abuela, por favor, entiende que no puedo dejar que esto pase. Gael no merece que nos rindamos así”.
Ella suspiró profundamente y se limpió las lágrimas con un pañuelo.
“Sofí, entiendo tu determinación, y admiro tu valentía. Pero también tengo que pensar en lo que es mejor para ti y para el bebé. Esto va a ser una batalla larga y difícil, y no quiero verte sufrir más de lo que ya has sufrido. Ya ha sido mucho, perdí a mi hija, a mi nieto… no puedo más con esto… no quiero más perdidas… por favor entiéndelo”.
Me estremecí ante sus palabras.
La verdad era que no sabía cómo iba a enfrentar todo lo que se avecinaba, pero sentía que tenía que hacerlo.
No podía permitir que Don Rafael y Camila se salieran con la suya.
Tomé sus manos y las besé, y luego la miré fijamente.
“Te prometo que estaré bien. Y si quieres irte con el hermano de Gael a E$tados Unidos, está bien, pero no pienso moverme de aquí, abuela… yo necesito hacerle justicia a Gael… porque él lo hizo conmigo… yo… no tenía salida… conté con él en el momento más duro de mi vida… y él… él me salvó… no puedo dejarlo, ¿Me entiendes? Incluso… ni siquiera está muerto para mí, nunca lo estará… mira..”..
Tomé su mano y la puse en mi v!entre.
“Hay un pedazo de él… latiendo con fuerza aquí… no puedo dejarlo ir… no puedo..”.
Ella me miró con tristeza y asintió lentamente.
“Ven aquí..”.
La abuela se arrimó, y me metí en su cama abrazándola.
Las lágrimas se me salieron solas mientras ella acariciaba mi cabeza, cerré los ojos, y luego la escuché decir:
“Haré todo lo que esté a mi alcance para apoyarte en esto. Pero quiero que prometas que cuidarás de ti misma y del bebé”
Asentí con gratitud, pero no abrí los ojos.
Ella tampoco habló por el momento.
Incluso me quedé dormida en su cama, y solo desperté cuando alguien tocó la puerta de su habitación.
“Buenos días”.
Parpadee varias veces.
La abuela ya estaba vestida, y yo tenía la ropa de ayer, cuando la mujer de servicio vino con un rostro serio.
“Hay alguien abajo… dice que deben estar presentes” .
Helena se giró, y yo me levanté con cuidado llegando a ella.
“Dejemos que esperen… quiero lavarme la cara, cambiarme de ropa”.
“Claro, te esperaré para bajar..”..
Me fui a mi habitación, y no pude seguir de largo al ver las mismas cosas de Gael en su posición.
Su reloj en la mesilla, y su ropa.
Me metí a su closet para acariciar las prendas, y luego toqué mi v!entre.
“Te amo, Sofía».
Mi cuerpo reaccionó como si me lo dijeron al oído y aunque mis ojos ardieron nuevamente me fui a tomar la ducha.
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