Vendida como novia de un magnate -
Capítulo 38
Capítulo 38:
POV Sofía.
“Sofí”
Mi teléfono comenzó a sonar interrumpiendo nuestra conversación y cuando noté a Gael en la pantalla respondí de inmediato.
“Amor”.
“Gael”.
“¿Qué ha pasado? Camila… ¿Tú estás bien?”.
“La vimos en el centro comercial… ella llegó a nuestro sitio… estoy bien”, escuché una maldición de su parte y miré a la abuela.
“Estoy yendo a casa”.
“¿Estás bien?”, me apresuré a preguntar.
“No mucho, mi amor… creo que debemos cambiar los planes, hablamos en un momento.
Colgué la llamada un tanto preocupada, y durante el camino, mi ceño se frunció cuando abrí un mensaje que me llegó de un remitente desconocido.
[Sofía, soy Diego Slim, tomé tu número de la clínica, espero te encuentres mejor…]
Miré inmediatamente a la abuela, pero ella parecía perdida en sus pensamientos, y estaba ansiosa en este punto pronto. Así que cerré la aplicación de mensajes, y no le di importancia en el momento.
Bajamos del auto y noté que el auto de Gael ya estaba ahí, el personal nos ayudó con las compras, y cuando entramos a la casa, él estaba en el teléfono, que dejó cuando nos vio. Caminó hacia mí un poco estresado y comprobó mi rostro, y luego mis manos. Para notar que mi brazo tenía un arañazo.
“No puedes volver a salir sin mí”.
“No fue nada, ella intentó tomar mi brazo, y me arañó”.
“Sofí… estás embarazada”, asentí ante su ansiedad.
“Gael, creo que ella lo supo hoy”, él apretó la mandíbula, y la abuela llegó a nosotros.
“Creo que lo mejor es que dejes que Sofía y yo nos vayamos a E$tados Unido, antes de lo que tenías planeado”.
Su mirada vino a mí, y mi corazón se rompió en mil pedazos cuando supe que quizás ya lo tenía planeado. Y entendía todo, pero no lo quería dejar aquí en medio de tantos lobos, aunque yo no pudiera hacer nada por él.
“No quiero dejarte… por favor, no me lo pidas”.
La abuela se disculpó para retirarse y yo abracé a Gael con mis fuerzas.
“No me alejes de ti, será peor para mí vivir con la zozobra… por favor”.
“No puedo irme del país, Sofí… no por ahora”, me quité de su lado, mientras Gael limpiaba una lágrima de mi mejilla.
“¿Qué dices?”.
“Me reuní con mis abogados para estudiar la citación que es mañana. No te imaginas… hay un plan grande aquí.
“Gael”.
“Escúchame… la abuela tiene razón, ustedes dos deben irse cuanto antes”.
“No… no me dejes”.
“Sofí, mi amor”, su mano tomó mi rostro.
“No puedo salir del país, hasta aclarar este hecho… estoy siendo demandado incluso por inducir el coma a mi exesposa”.
Mis ojos se agrandaron mucho y mis labios vibraron.
“¿Qué?”.
“Hay muchas pruebas, como por ejemplo los informes médicos que yo mismo presente para solicitar el divorcio… es una prueba como sí hubiese mentido… y una prueba para comprobar que fui el que mantuve a Camila en un coma inducido”.
“Pero… todo es mentira”.
Gael soltó mi rostro.
“Mi padre debe estar involucrado, él sabe que pronto llegará su hora, y que presentaré toda la evidencia del asesinato de mi madre”.
“Yo no puedo irme con esto… tú me necesitas, tú”.
Gael se acercó más besando mi boca y me abrazó.
“Si te hubiese conocido antes, incluso hubiese olvidado la venganza, ¿Me escuchas? Pero mi vida solo está rodeada de mier%a, Sofí”.
“Gael, no digas eso”.
“Lo digo”, él me hizo mirarlo.
“Y no quiero que nada de esto te toque… eres mi familia ahora, mi vida, mi Esposa… haré lo que sea por ti y mi hijo… lo que sea”.
No pude evitar un sollozo.
“Necesito que te vayas…pronto”.
Mis lágrimas bajaron inconsolablemente, y solo pensé que no sabría cómo iba a irme, mirando cómo él me abrazaba.
Había querido asistir a la citación de Gael junto a él, pero entendía que la tensión no era buena para mí en estos momentos, sin embargo, había dado vueltas a toda la mansión, y los nervios reposaban en mi estómago durante la espera.
“Trata de tranquilizarte, cariño… Gael sabe llevar todo esto, y estoy convencida de que detrás de esa calma que muestra, hay un trabajo hecho”.
Levanté mi mirada a la abuela que bajaba las escaleras lentamente, y me senté en el sofá.
“Hay muchas personas en su contra”.
“Confía… él es astuto… tanto que hace pensar que lo tienen prensado, y luego saca todo de sí… solo que la muerte de su madre lo afectó mucho, y quiere hacer las cosas perfectas, Sofí”.
Asentí de forma inmediata y volví a ver el reloj. Desde que él se había ido, ya había pasado seis horas, y mi teléfono seguía sin ninguna notificación.
“¿Qué decidieron de irnos primero?”.
Helena se sentó en mi frente mientras apreté mis labios.
La conversación de anoche había sido demasiado larga, y Gael me había explicado que su mayor temor era el bebé y yo. Así que había cedido a irme en una semana con la abuela, ya que él estaría haciendo los papeles de mi visa, que estarían listos cuanto antes.
Pero en mi corazón estaba muy lejos de esa decisión.
Entendía que la abuela estaba segura de los pasos de Gael, pero era demasiado lo que él estaba soportando, y más cuando tu propio padre, era el causante principal de todas tus desgracias.
En medio de mis pensamientos, sentí como si hubiesen acariciado mi v!entre, y la abuela se alarmó con mi expresión.
“¿Qué sucede?”.
“Lo he sentido… es”, ella sonrió de la pura emoción.
“¡Es increíble…!”.
Estábamos en medio de la emoción, cuando sentimos que el auto de Gael entró a la mansión. Así que, tratando de drenar la alegría, me puse de pie con la abuela, esperando que él pasara por la puerta.
Su primera mirada fue hacia mí, pero la quitó rápidamente para observar a la abuela.
“¿Cómo te fue?”.
Gael me abrazó besando mi boca ante mi pregunta.
“Lo que el abogado me dijo, todo se dio… están presentando una petición de anulación de divorcio, que el juez creyó correcto con las pruebas”.
Mi boca se abrió.
“¿Qué?”.
En el momento, Gael entrelazó los dedos conmigo y me hizo sentarme.
“Ustedes se irán en unos días, nada más tengamos la visa, nadie del personal sabrá el día, y ustedes no lo comentarán con nadie”.
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