Una noche de resaca
Capítulo 21

Capítulo 21:

«Hola». Oliver tomó la iniciativa para saludar a Emmett.

Lucas también dijo: «Ya estás aquí, Emmett».

«Sí, tenía que atender unos asuntos, por eso llego tarde». Emmett y Oliver chocaron las manos y se sentaron en el sofá, tomando el vino que Jasper le sirvió, bebieron de un trago.

Lucas pareció reírse: «Emmett, ya llevas unos días de vuelta, ¿Sientes que la vida aquí es solitaria?».

Las largas pestañas de Emmett parpadearon, levantó los ojos y miró a Lucas. Un poema pasó inmediatamente por su mente. ‘Si muriera bajo una flor de peonía, seguiría siendo encantador como un fantasma’.

Emmett, este tipo… es demasiado guapo.

«Vaya, ¿Qué te ha dicho Jasper?». Emmett se rió entre dientes.

Ellos se estremecieron. Maldita sea, la capacidad de razonamiento de Emmett era demasiado fuerte.

Jasper tosió de forma poco natural: «¿Cuándo he dicho yo algo?».

Oliver lo golpeó y se rió: «¿No será porque tus amigos se preocupan por ti?».

«¿Qué cosa les preocupa?».

Oliver se detuvo y abrió la boca: «Los problemas de pareja».

«¿Cómo puede haber problemas si no tengo ninguna relación?».

«¿Qué?”.

Los otros tres hombres quedaron impactados.

¿No hay relación? ¿Qué quería decir? ¿Decía que no sentía nada por ninguna mujer?

«Bueno… pero… después de volver a casa… te he oído…». Lucas empezó a tartamudear.

Emmett separó los labios con elegancia y sonrió. Tan bello y a la vez capaz de hacer que la gente sintiera frialdad en los huesos: «Es que últimamente me interesan otras cosas, sólo…».

«¿Qué te interesa?».

Los labios de Emmett se curvaron: «Oh, sólo me interesan un poco las cosas con son las ‘primeras’ de algo. Por ejemplo: El primer conejito en nacer… un primer beso… una primera vez…».

Los ojos de Oliver y Lucas se abrieron de par en par. El primer beso y la primera vez de un conejito…

Oliver no pudo contenerse y preguntó con curiosidad: «Entonces Emmett, la primera vez de este conejito, ¿Te lo comiste o no? No me digas que sigues jugando en la base exterior».

«¡Que superficial!». Los ojos estrechos de Emmett se enfocaron en ellos y sorbió un poco de vino, su elegancia era extremadamente agradable a la vista.

«Si me lo comí o no, es lo de menos. Lo importante es disfrutar del proceso. ¿Verdad?».

Oliver y Lucas se quedaron boquiabiertos por un momento. Jasper, que estaba preparado psicológicamente y hacía tiempo que había aceptado los inusuales pensamientos de Emmett, no se sorprendió tanto.

«¡Maldición!». Exclamo Oliver: «¡Qué hay que disfrutar del proceso! Entre un hombre y una mujer, ¿No es sólo eso? Hacer esto y aquello, son sólo pocas cosas, ¿No es lo mismo con todas las mujeres?».

«¿Así que es la misma experiencia para todas las mujeres que has tenido?». Intervino Emmett.

Oliver se quedó pasmado un rato: «Claro, es diferente… pero es casi lo mismo».

«Por eso eres superficial. ¿Eres una criatura unicelular? Aparte de tener sentido táctil abajo, ¿Qué hacen tus otros sentidos?». Emmett siguió hablando con soltura bajo la mirada de admiración de los demás: «Por eso, para interesar a las mujeres, hay que jugar despacio con ellas. Puedes probar a tocarla y burlarte un poco de ella y cuando tengas hambre, también puedes abalanzarte sobre ella y devorarla… qué juego más divertido. Jajaja…».

La risa del final les puso la piel de gallina. ¿Por qué desprende un aura tan espeluznante?

Lucas preguntó con cautela: «Entonces, esta ‘primera’ o lo que sea, ¿Cómo la defines? ¿Amante? ¿Postre de última hora? ¿O algo más?».

Incluso Jasper se interesó por esta pregunta, y miró a Emmett por encima del hombro.

Los largos y blancos dedos de Emmett tocaron el borde de la taza, con una leve sonrisa, sus finos labios se abrieron ligeramente: «Un… pequeño… juguete».

Los tres hombres se quedaron boquiabiertos.

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